Con el estreno por estos días en la sección “Políticas” de la 26ª edición del Bafici (la próxima y última proyección será el sábado), Caían del cielo tuvo su primer contacto con el público y en el marco de un festival internacional. Por lo que destaca a Rosario/12 su director, Rubén Plataneo (Sfumato, El gran río), “llegamos con el último aliento y con la colaboración de todo el equipo y de un montón de amigos, que ayudaron a poder completar una postproducción de mucha calidad, cosa que pudimos apreciar en la proyección. La película se vio y se escuchó perfecto, y el público la recibió muy bien”.

Caían del cielo articula varias capas de lectura, algunas previstas y otras no. La más reciente producción del director de Triple Crimen, pone su atención en Valeria Silva, hija de desaparecidos; y Otilia Acuña de Elías, Madre de Plaza de Mayo; en un relato cuya deriva lleva a las tareas de antropólogos forenses en un monte que dependía del Ejército y en donde, casualmente, realizó sus prácticas de combate el realizador. Una relación impensada, tal vez intuida; como sea, fue la necesidad de la película la que alumbró otras instancias, en este caso, de la propia vida del director en tiempos de servicio militar.

“Fue un alegrón que el Bafici seleccionara la película. Siempre es un buen comienzo este festival, es un ámbito internacional y está lleno de películas de todos lados. Me parece que es una edición muy potente, con muchos directores y directoras también de afuera. Hay alrededor de 60 largometrajes argentinos y varios cortometrajes. Así que está muy profusa y rica la programación. En ese marco estrenamos nuestra modesta película, que nos llevó muchísimo trabajo concluir, con la colaboración de todo el equipo y de un montón de amigos. Y los presentadores del Bafici hicieron una semblanza que me pareció muy acertada, en relación a cómo la película retoma una temática recurrente en nuestro país, que tiene que ver con el terrorismo de Estado, pero de una forma muy diferente. La calificaron como un ‘desparpajo’, en el mejor sentido. Cosa que me cayó muy bien, porque es un experimento un poco formal”, comenta Plataneo.

“Intenté tramar distintas instancias de los personajes en el tiempo, del presente y del pasado. Y a ello se sumó una novedad durante el transcurso del rodaje, porque ese proceso terminó por incluirme personalmente, cosa que significó un cambio bastante importante para mí. En todos mis trabajos, siempre estuve detrás de cámara y no inmiscuyéndome en forma personal o autorreferencial. Pero en este caso, la propia trama de la película me llevó a reconocer que parte de mi vida estaba incluida en esa historia. Así que decidimos recrear parte de mi propia memoria, que estaba cruzada con esta memoria que investigamos, esta reconstrucción de la historia y de las historias nuestras, que tienen que ver con el proceso de la dictadura y la búsqueda posterior de desaparecidos, a partir de una serie de retratos”, continúa.

-Retratos que te llevaron a recalar en ese monte, al que conociste cuando fuiste militarizado; debió ser toda una sorpresa.

-Nosotros ya habíamos empezado a filmar, y llevábamos un año de rodaje, en varias etapas; y de pronto nos encontramos con que la protagonista estaba coordinando la actividad del equipo de la EAAF, de los antropólogos forenses, retomando una búsqueda de enterramientos clandestinos hechos por el Ejército en un campo militar. Fuimos a filmar en ese campo, y resulta que era allí donde yo hice práctica de combate durante dos meses. Así que fue una cosa medio tremenda para mí. Después, tanto la protagonista como los antropólogos empezaron a consultarme sobre datos y me vi implicado en esa búsqueda, que significó retomar el tema de otra manera, a partir de cierto protagonismo personal. Fue algo que me costó procesar, pero creo también que fue una de las cosas más positivas en estas proyecciones en Bafici, porque el público festejó mucho toda la parte ficcionada de la película, que es lo que tiene que ver con esa puesta en escena de mis recuerdos. Creo que se logró articular, y que tomó un modo orgánico con el resto de las historias presentes y los distintos momentos que filmé.

-Intuyo que, así como desde el rodaje, habrás tomado también decisiones imprevistas durante la postproducción.

-El sonido y las imágenes están muy trabajados, y han servido mucho a esa trama de cómo pudimos incorporar distintas historias, distintos tiempos y distintas geografías, en un relato único, con el que experimenté y ensayé formas para convertir esos elementos en una película. No es fácil, pero busqué un modo de ensoñar la realidad, que fue un poco mi obsesión estética durante el trabajo. Y algo de eso creo que está, que apareció. Así como apareció originalmente una película que yo sentí que había entre las dos protagonistas, una madre de Plaza de Mayo y su nieta, que es de HIJOS. Tiempo después, empecé a profundizar ahí, esa película empezó a tomar forma, y fueron agregándose estos otros elementos y la puesta en escena de distintos formatos. Parece que se dio esa articulación de estratos, tanto históricos como sensibles.

En cuanto a la pronta distribución en las pantallas santafesinas, Plataneo agrega: “Esperamos terminar los trámites con el INCAA, intervenido y apropiado por este gobierno tiránico, para después poder estrenar cuanto antes; esperamos que, a más tardar, en septiembre la película esté en El Cairo y en el Cine América y en todos los espacios donde podamos. En Buenos Aires me enteré que el INCAA ha impuesto a los estrenos nacionales en el cine Gaumont una sola función. Si la función se llena, la sala te da otra función un mes después. Después los tipos dicen que la gente no va a ver las películas argentinas, ¿viste?, cuanto te están impidiendo la exhibición”.

Caían del cielo es una producción de Calanda Producciones, Inimaginaria Producciones, Cinespuma; cuenta con guion y dirección de Rubén Plataneo; fotografía de Maxi Wendler y Julián Alfano; montaje de Diego J. Martínez y Rubén Plataneo; dirección de arte de Evelin Medina; sonido de Hernán Ruiz Navarrete, Alan Valsangiacomo y Rubén Plataneo; música de Charlie Egg; producción de Mónica Amarilla, Rubén Plataneo y Ana Taleb; producción ejecutiva de Mónica Amarilla; y las participaciones de Otilia Acuña de Elías, Valeria Silva, Alejandro Elías, Juan Nóbile y Daniel Del Cogliano.