En medio de las tensiones e indefiniciones sobre el modo en que se votará en la provincia de Buenos Aires, la Legislatura bonaerense ya se prepara para renovar la mitad de sus bancas, atentos a cómo será la campaña que, en caso de desdoblarse la elección, la tendrá como protagonista por tratarse de comicios que se dividirán en ocho secciones electorales.
A la vez, no son pocos los que esperan definiciones sobre la posibilidad de dar marcha atrás con la ley que pone límites a las reelecciones indefinidas, dado que la normativa no solo impacta en los municipios, sino que también alcanza a los diputados y senadores.
Todos los sectores políticos juegan por cosas importantes este año. El oficialismo reunido en un endeble Unión por la Patria sabe que no puede regalar nada y necesita de una mayor cantidad de escaños para apuntalar los últimos dos años de gestión del gobernador. Ahora, con las tensiones internas y hasta las premoniciones de una eventual ruptura en el espacio, abre un nuevo abanico de posibilidades.
Mientras tanto, los espacios de la oposición como el PRO, la UCR y la Coalición Cívica apostarán por ampliar sus bancadas aunque sin certezas de qué lista los contendrá.b, en sus diversas facciones de “puros” o “dialoguistas”, saben que no van a perder, pero sí querrán ir por mucho más para instalarse en la provincia pensando en 2027.
Qué se pone en juego en la Cámara de Diputados
La Cámara baja renovará 46 bancas, es decir, la mitad del cuerpo. El peronismo hoy tiene una mayoría de 37, pero no le alcanzan para aprobar los proyectos en soledad y requiere de negociaciones con los diversos sectores de la oposición.
De esos 37, hay once que reportan al Movimiento Derecho al Futuro (MDF) que tiene al gobernador Axel Kicillof a la cabeza. De ese grupo, solo tres tienen mandato hasta 2027 y hay una particularidad. La diputada Laura Aloisi (MDF) ingresó como suplente ante el pedido de licencia de la camporista Mercedes Landívar, actual funcionaria del municipio de Olavarría. La carta que se guarda el kirchnerismo es la posibilidad de que esta última regrese a la Legislatura y arrebatarle así una importante banca a Kicillof.
Si efectivamente se fracturase el bloque, habrá que contar por tribus. El Frente Renovador ostenta diez bancas y, no menor, la presidencia de la Cámara con Alexis Guerrera a la cabeza. De esas, pone cuatro en juego.
El kirchnerismo, comprendido en La Cámpora y aliados, cuenta con 15 bancas, de las cuales seis se pondrán a prueba.
Este año se renuevan los escaños de las secciones Segunda, que pone en juego 11 sillas, las 18 bancas de la Tercera, las 11 de la Sexta, y las seis de la Octava, que sólo contempla a los representantes de la ciudad de La Plata.
En 2021, la elección que definió los representantes cuyo mandato vence el 10 de diciembre, el peronismo, la Unión Cívica Radical y el PRO se repartieron los lugares en juego, a excepción de las dos bancas que ganó el Frente de Izquierda en la Tercera sección. La posibilidad de una candidatura de la presidenta del PJ, Cristina Fernández de Kirchner, por esta sección electoral haría quemar los papeles a más de uno, dado que la exmandataria sigue teniendo una imagen positiva en las encuestas del conurbano bonaerense.
Ahora estos espacios entraron en alerta ante la llegada del sector libertario, que ya comenzó a tejer redes en todas las secciones a partir del accionar del armador designado por Karina Milei, Sebastián Pareja.
Además, La Libertad Avanza abrochó en el último año a los “halcones” de Patricia Bullrich, que pegaron el salto desde el PRO, dejando compuesto un bloque de 13 integrantes. Los movimientos en los territorios ya comenzaron a tomar forma, con el fin de ampliar aún más ese número.
Otro caso de interés lo marca el espacio de Unión Renovación y Fe, más conocido como el de los “libertarios dialoguistas”, un grupo de legisladores que ingresó a través de las listas violetas, pero que rompió con Javier Milei antes de asumir.
Este espacio, comandado por Fabián Luayza y Gustavo Cuervo, también va por la amplitud ya que sólo pone una de las nueve bancas en juego. El poderío del espacio está en la Primera y en la Tercera, donde a mediados de año ya se empezó a trabajar el armado de una “tercera vía”; aunque aún no hay definiciones sobre qué lista los cobijará.
Los radicales también tienen varias cosas en las que pensar. Es que a lo largo del año funcionaron en dos bloques de ocho y siete miembros. Uno responde a Maximiliano Abad y el otro a Martín Lousteau y a Facundo Manes. Este segundo espacio, Acuerdo Cívico UCR+GEN, pone en juego seis sillas azules.
El PRO, en tanto, quedó con 13 bancas tras la fuga de los bullrichistas e intentará contener los ocho espacios que pone en juego, uno de ellos el del propio presidente del bloque, Matías Ranzini. En estas filas aguardan con cautela saber qué pasará con los acuerdos a nivel nacional entre el titular del partido, Mauricio Macri y el Gobierno libertario, que ya dio muestras de prescindencia de los amarillos.
Por otro lado, de seguir adelante con la ley que limita las reelecciones quedarán sin chances de ir por otro mandato Facundo Tignanelli y Fernanda Díaz (La Cámpora), Susana González, Mariana Larroque y Cuto Moreno (MDF); Nicolás Russo y María Fernanda Bevilacqua (Frente Renovador); Maricel Etchecoin (CC); Adrián Urreli y Matías Ranzini (PRO) y Emiliano Balbín y Anahí Bilbao (UCR).
Qué se pone en juego en el Senado
La Cámara alta, a cargo de la vicegobernadora y exintendenta de La Matanza, Verónica Magario, renovará también la mitad del cuerpo, es decir 23 bancas; y en Unión por la Patria saben que es clave poder sostener y mejorar los números actuales, dado que cuenta con 21 legisladores, lo que obliga a negociar por no tener quórum propio.
Acá también impacta la interna peronista y el gobernador es el más afectado por la falta de músculo propio. De esos 21 senadores peronistas, solo dos comulgan en su MDF, el platense Pedro Borgini y la bahiense Ayelén Durán.
La firma de 16 senadores a un proyecto contrario a los intereses del gobernador, en el que se busca la suspensión de las PASO, pero con llamado a elecciones concurrentes dejó bien expuesta esa grieta. Los senadores Marcelo Feliú y Bali Buca, en tanto, se mostraron en una posición “neutral” entre ambos espacios. Otro que se mantiene entre los tirones de uno y otro sector es el senador Federico Fagioli, que responde a Juan Grabois.
Este año se votarán ocho senadores por la Primera sección, siete por la Cuarta, cinco por la Quinta y tres por la Séptima. Una “bomba” que podría hacer tambalear la elección es la posibilidad que se baraja, aunque muy por lo bajo, de que Sergio Massa, líder del Frente Renovador sea candidato por la Primera.
El año pasado, la novedad la dieron los libertarios, que ganaron cinco escaños. Más adelante, los movimientos internos llevaron a la creación de dos bloques: Libertad Avanza, Libertad Avanza 1. Con la reciente salida de Joaquín de la Torre del bloque “oficial” de LLA 1 y la conformación de un monobloque, quedan tres espacios libertarios.
El primero de ellos está compuesto por el exarmador de Milei, Carlos Kikuchi, por Sergio Vargas y Silvana Ventura. El segundo, por Carlos Curestis y tres importados: Florencia Arietto, Daniela Reich, además de Betina Riva, que reporta a Carolina Piparo.
El oficialismo pone una decena de sillas rojas en juego, entre ellas la de la titular de la bancada, María Teresa García, que no tiene reelección.
Daniela Reich, de La Libertad Avanza, no podrá continuar en el Senado si no se reforma la ley que impide una nueva elección.
El radicalismo, en tanto, tiene un solo bloque en la Cámara alta, pero siete de sus ocho miembros ponen en juego la banca, lo que deja al partido centenario en un escenario por demás complicado.
Sus socios del PRO están en una situación algo mejor, pero no por eso relajados, ya que cuatro de las nueve bancas se ponen en danza.
En el Senado, espacio clave para, entre otras cosas, la aprobación de los pliegos judiciales, si se mantiene la prohibición de las reelecciones determinaría el fin de ciclo para Gabriela Demaría, Gustavo Soos, Teresa García, Luis Vivona y María Elena Deffunchio (cristinistas), Aldana Ahumada (PRO), Daniela Reich (LLA); además de Alejandro Cellillo, Flavia Delmonte y Agustín Máspoli (UCR).