Los "restos simbólicos" de Fernando Túpac Amaru, el hijo menor del líder de la rebelión contra el poder colonial que se considera la semilla de los movimientos independentistas en América, fueron homenajeados por las autoridades peruanas en Lima, tras haber llegado este domingo al país, 227 años después de su muerte en España.

Los restos, colocados en un cofre de madera decorado con el estilo de los muros de piedra de las construcciones incas, fueron custodiados por agentes de la Policía Nacional y colocados sobre una bandera peruana, con el fondo de una imagen de la ciudadela de Machu Picchu.

En la ceremonia, celebrada en la sede del Club Departamental Cuzco, en Lima, participaron el alcalde provincial del Cuzco, Luis Pantoja, y el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el general David Ojeda Parra. Además, el presidente de la Asociación Bicentenario 2021, Raúl Chanamé Orbe, y el presidente del Club Departamental Cuzco, César Aguilar Zúñiga, además de varias decenas de invitados.



"Él muere a los 30 años en estado de indigencia, sepultado en calidad de limosna (de misericordia), según la propia partida de defunción que ubicamos. Inclusive, estando muerto, ese cementerio fue bombardeado durante la Guerra Civil española", relató Pantoja a la emisora RPP.

El alcalde explicó que, por ese motivo, sus restos físicos "no existen" y se le entregó "arena del cementerio donde estuvo enterrado (...) de una cripta que está debajo de la iglesia de San Sebastián (en Madrid), con una repatriación simbólica".

Pantoja participó en una misa celebrada en la iglesia madrileña, en donde estuvo acompañado por el embajador de Perú en España, Luis Iberico, tras lo cual recibió los restos simbólicos.

El hijo de Túpac Amaru

El 18 de mayo de 1781, el niño Fernando Túpac Amaru fue testigo de la ejecución de su padre, el cacique José Gabriel Condorcanqui, llamado Túpac Amaru II, y de su madre, Micaela Bastidas, tras haber liderado la primera gran rebelión indígena en América, entre noviembre de 1780 y mayo de 1781.

A pesar de su edad, fue sentenciado a prisión, por lo que cumplió esa pena primero en Lima y luego en España, según recordó Pantoja. Añadió que en el Archivo General de Indias se encuentran las cartas que escribió al entonces rey Carlos III para pedir su libertad e incluso solicitó que, tras morir, se permitiera que sus cenizas regresaran a Perú.

Los restos simbólicos irán a la ciudad de Cuzco, donde también serán homenajeados y colocados en un espacio en la Plaza Mayor de la antigua capital del imperio de los Incas.