Sin importar que desde la Casa Rosada querían que persista en el cargo hasta diciembre, Manuel García Mansilla presentó su renuncia como juez de la Corte Suprema, después de que su pliego sea rechazado por amplia mayoría en el Senado de la Nación la semana pasada. Para el oficialismo, García Mansilla debía quedarse en su cargo porque consideraban que "ya se habían pagado todos los costos de ponerlo por decreto", pero sabían que la decisión final iba a ser de él. Su nombre y su prestigio estaban en juego y Mansilla decidió claudicar.

Desde el entorno íntimo de Milei dicen que no volverán a insistir con nuevos pliegos hasta diciembre, después de que asuman en sus bancas los nuevos legisladores. Cerca del Presidente están convencidos de que con la composición actual de la Cámara Alta no lograrán buenos resultados y, por más que desde diciembre tampoco tendrán los números suficientes, especulan con que harán una buena elección y eso les dará más fortaleza política para dar la batalla.

En caso de volver a presentar nuevos pliegos, desde Balcarce 50 arriesgan que lo harían en diciembre y que volverían a pedir por García Mansilla. También suman el nombre de Ricardo Manuel Rojas, quien fue secretario de la Corte Suprema de Justicia y miembro del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 18 de la Capital Federal. Rojas se reunió en enero con Santiago Caputo porque Milei y él le ofrecieron ser Procurador del Tesoro. Una propuesta que Rojas declinó. Quien quedó en el cargo, finalmente, fue su discípulo, Santiago Castro Videla. Desde la Casa Rosada se quejan de que "la dirigencia política intenta bloquearlos", y que por eso también rechazarían otros postulantes.

El mensaje de la Casa Rosada, al decir que después de las elecciones los postulantes de ellos para la Corte Suprema serían Mansilla y Rojas, es que volverán a la carga con dos libertarios puros y ya no con una figura como la del juez Ariel Lijo. En el entorno del mandatario creyeron que Lijo obtendría los votos suficientes de la oposición para que su pliego sí sea aprobado, pero eso tampoco se concretó y ambos fueron rechazados. "Fue un gran gesto mandar a Lijo y no tuvo sentido", mascullan bronca cerca del Presidente.

Otra idea que piensa un sector del gobierno es la de, luego de las elecciones de octubre, abrir un tipo de negociación distinta que implique, por ejemplo, la ampliación de los miembros de la Corte Suprema y buscar, de ese modo, algún tipo de consenso con la oposición. Es otro plan que no se llevará a cabo en el corto plazo y que lo consideran los sectores más dialoguistas.

Desde el gobierno aseguran que se enteraron de la dimisión de García Mansilla cuando ya había sido concretada por el magistrado y que, por más que muchos funcionarios declararon durante el fin de semana que el juez se tenía que quedar en su puesto dentro la Corte, cuando vieron la noticia dijeron: "Y sí.. tenía que renunciar". "Hicimos lo que teníamos que hacer, pero esto podía pasar y era bastante lógico", admiten fuera de los micrófonos.

El domingo el Poder Ejecutivo había presentado un Per Saltum ante la propia Corte para buscar dejar sin efecto el fallo que firmó el juez Alejo Ramos Padilla, que ordenaba prohibirle a Mansilla que rubrique sentencias o resuelva cuestiones administrativas dentro del máximo tribunal. Esa fue la señal que dieron desde el gobierno al exjuez, para que entienda el nivel de respaldo que le estaban dando y que, si era por ellos, estaban dispuestos a sostenerlo hasta el último día de noviembre. Sin embargo, el lunes por la mañana García Mansilla presentó su renuncia mediante una carta que fue dirigida al presidente Javier Milei y no ante sus excompañeros de la Corte, que fueron quienes le tomaron juramento.

Esta semana, después del rechazo a los pliegos de los jueces de la Corte, el Senado de la Nación volverá a tener protagonismo. El gobierno podría impulsar el tratamiento del proyecto de Ficha Limpia, que busca proscribir a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados. Es posible que la sesión sea convocada para este jueves, siempre y cuando el oficialismo consiga los 37 votos que necesitan para aprobarlo. Ese es el número clave porque se trata de una ley requiere mayoría absoluta.

En Balcarce 50 especulan con que el peronismo no vote en unidad en defensa de la expresidenta --para evitar su proscripción--, y, de ese modo, poder llegar al número necesario. En total hay 34 bancas peronistas divididas en tres interbloques: Unidad Ciudadana, cuya presidenta es Juliana Di Tullio; el Frente Nacional y Popular, que lidera José Mayans y "Convicción Federal", que conformaron cuatro senadores hace tan solo unas semanas con la idea de "desmarcarse" de la conducción de CFK. Allí se fueron los legisladores de las provincias de San Luis, Jujuy, Catamarca y La Rioja. En los dos últimos interbloques la Casa Rosada busca pescar votos porque se quieren aprovechar de los roces e internas que hay al interior del Partido Justicialista. Sin importar los presentes, la Casa Rosada necesitará juntar 37 voluntades que, por ahora, no tiene.