El exsecretario de Comercio de la Nación, Roberto Feletti, analizó en diálogo con la 750 la delicada situación económica del Gobierno de Javier Milei y el manejo de la economía argentina en medio de una crisis global que tiene a las bolsas de valores y a las gestiones del mundo en vilo.

Ante la pregunta de La García, Feletti explicó: “Este es un momento de protección de las industrias. No es un problema declamativo: es proteger el trabajo de los habitantes. Cuando uno importa, importa trabajo extranjero. Y eso significa menos trabajo local. No se trata de ser autárquico”.

Esto se debe a que parte del movimiento financiero mundial tiene que ver con un cambio en las políticas de Estados Unidos, que en un giro proteccionista anunció, con Donald Trump a la cabeza, una suba de aranceles generalizados.

Pero, lejos de esta mirada, explicó Feletti, el Gobierno avanzó por otro sendero, debilitando la capacidad de reacción en esta situación: “El otro elemento es que el ministro Caputo, producto de un modelo de especulación financiera similar al de 2018, desperdició la posibilidad de acumular dólares a pesar del superávit fiscal”.

Es decir, “Argentina tuvo divisas, más de 18.000 millones, y no quedaron en el Banco Central”. “No te protegés desde el punto de vista arancelario, abandonás el Mercosur y no acumulás dólares: estás en el peor de los mundos”, sentenció sobre el panorama que se abre a los pies de la gestión libertaria.

En este contexto, señaló el exfuncionario, “la suerte del Gobierno depende de lo que decida el directorio del FMI”. Pero aclaró: “Y no alcanza. Porque el sueño de Caputo —de que le den divisas para rifarlas, como ya ocurrió— fue lo que llevó a Lagarde a pedirle a Macri que lo sacara del Gobierno”.

“Este ajuste sometió a los argentinos a un esfuerzo inútil. Uno puede decir: hay que juntar dólares, pero la gente espera ver frutos en términos de estabilización. Y el Gobierno no los tiene hoy, porque Caputo permitió que las divisas se fueran”, se lamentó.

Finalmente, apuntó: “Cuando los agentes económicos se dan cuenta de que no hay dólares para pagar las rentas, empiezan a desarmar sus posiciones. También se desperdició la oportunidad del blanqueo. Tuvo un éxito relativo, pero así como ingresaron los fondos, se están yendo”.