En su segunda edición, el concurso Microcentro Cuenta apostó por los géneros: el jurado conformado por Mariana Enriquez, Fabián Casas y Lala Toutonian premió a lxs mejores cuentistas de terror, mientras que el jurado integrado por Miguel Rep, Maitena y Martín Ramón reconoció el trabajo de lxs mejores historietistas. La convocatoria impulsada por Banco Macro, Leyendo.Arg y Grupo Editorial Planeta (con apoyo del Ministerio de Cultura de la Ciudad a través del programa Mecenazgo Participación Cultural) recibió un total de 1970 cuentos y 176 historietas. Este viernes se anunciaron lxs finalistas y ganadorxs de ambos certámenes en la Torre Macro.
El gran desafío era crear historias en torno a la vida urbana contemporánea con foco en el microcentro porteño. La primera en tomar la palabra durante el evento fue Maricel Carretti, gerenta de Sustentabilidad Corporativa de Fundación Banco Macro, quien presentó un video institucional, recordó al artista Luis Felipe "Yuyo" Noé (que participó de la primera exposición artística del concurso) y dio un dato importante en este contexto: "Encontramos sentido al régimen de Mecenazgo cuando entendimos que 6 de cada 10 puestos de trabajo de la ciudad están atados a las industrias culturales".
Javier Grosman, director de Microcentro Cuenta, subrayó la dimensión cuantitativa: "Lo que ha pasado con estos concursos literarios nos sorprende gratamente. Entre todas las ediciones se presentaron más de 5 mil trabajos, lo que habla de una pasión por crear y por producir cosas de altísima calidad en la ciudad de Buenos Aires. Estamos terriblemente emocionados y satisfechos con lo que está pasando". Ignacio Iraola, coordinador general de ambos concursos, destacó una cuestión sumamente relevante en relación a la coyuntura: "La industria está en un momento complejo y la gente que escribe no tiene manera de vehiculizar eso que escribe. Como jefe de prensa, director editorial, gestor cultural o desde el rol que me toque, siempre milito los libros. Y para todos aquellos escritores y escritoras que me preguntan cómo publicar, siempre insisto con el tema de los concursos porque tienen garantizada la lectura, y en este caso también un jurado de lujo". Además, valoró la segmentación por géneros, recomendó regalar libros y alentó el ejercico de leer y escribir porque "es ahí donde está la verdadera libertad, no en la estupidez".
El ganador de Microcentro Cuenta Cuentos de Terror fue el brasileño Lucas Herculano Magalhães Leiros por "El Pisapapas". El autor agradeció con mucha emoción, contó que empezó a escribir terror en Buenos Aires, recordó que todo comenzó cuando su tallerista lo desafió a escribir sobre un pisapapas y dijo: "Ojalá que no sea una decepción saber que soy brasileño, pero tenemos que ganar algo también". Verónica Cassia ("El locutorio") y Mónica Josid Huber ("Tela de araña") recibieron menciones especiales, mientras que los otros finalistas también formarán parte de la antología que editará Emecé: Camila Parrotta ("El amor yace ensangrentado"), Cristina Civale ("Él volvió esa navidad"), Carlos La Casa ("Los descartados"), Yamila Bianco ("Los pies de grasa"), Ana Sevilla ("Que ni se te ocurra") y Lourdes Oliverio ("Total Fire: el nuevo estilo que marca tendencia").
El primer premio de Microcentro Cuenta Historietas fue compartido entre Ian Debiase por "El Hidropájaro" e Ignacio Carloni por "Recuerdo". El primero no pudo asistir por un viaje pero sí estuvo Carloni, cuyo trabajo fue definido por Maitena como "alta peli" porque adopta el punto de vista de un perro callejero que desembarca en la ciudad y recuerda su lugar de origen. El galardonado agradeció con timidez (Rep admitió con gracia que es una tortura para los dibujantes tener que hablar públicamente en los concursos) y contó algunos detalles sobre la técnica utilizada en su proceso creativo. Los otros finalistas que participarán de la antología editada por Planeta Cómic son Sofía Gracia Grandinetti ("Golpe de suerte"), Ignacio Minaverry ("Un avión negro"), David Pitucardi ("Ratuki & Ratuki"), Marcelo Andrés Riva ("3 de Julio"), Mariano Antonelli ("La voz de Leonora") y Leonardo Arias ("Los sincrónicos").
Rep contó que el jurado de historietas se puso de acuerdo de inmediato: "Esta es la facilidad que tiene el ojo y, por supuesto, la lectura". Maitena agregó que para ellos era importante "darle un lugar a personas que no habían publicado tanto, ya que entre los participantes había profesionales y amateurs", y detalló: "El nivel de los trabajos de la última selección era buenísimo y muy lindo, así que fue difícil elegir. A mí me gustan mucho las historietas que tienen poco texto, esas que son muy visuales y cuentan a través de los dibujos. Para mí la historieta es como cine pobre". Martín Ramón destacó la cantidad de trabajos presentados considerando el tiempo que lleva crear una historieta y declaró: "Es una grata sorpresa seguir conociendo artistas nuevos. La historieta sigue muy vigente y eso es lindo".
Casas opina que "el gusto es algo que le imprime una sombra a lo que intentamos conocer", así que no se guía demasiado por eso sino por cuestiones técnicas. "Muchas veces las cosas que no me gustan habla más de mí que lo que me gusta. En ese sentido, quiero relativizar todo el concurso porque por ahí hay algún genio o genia que quedó afuera, eso puede pasar siempre", advirtió. "Lo más importante es tener una actitud afirmativa, escribir y mandar a los concursos porque son lugares donde uno se puede dar a conocer e incluso hacer amigos". Toutonian explicó que lo que más le llamó la atención es "cómo van mutando los géneros literarios y cómo se van asociando con la realidad", ya que "hoy el terror tiene más que ver con lo cotidiano, la cosa sucia del día a día y la frustración como un gran tópico del terror. Como lectora de terror de toda la vida estoy muy contenta de haber pasado por esto".
La escritora y periodista Mariana Enriquez, por su parte, destacó la gran variedad de cuentos de terror que pudo leer, confesó que fue difícil ponerse de acuerdo con sus compañeros porque había muchos textos buenos y anunció al ganador en un video grabado desde Tasmania. Sobre el cuento premiado dijo: "Lo que pesó finalmente fue lo que el cuento transmitía: una desdicha muy profunda, el horror entendido de esta manera. Es un cuento que empieza muy costumbrista, luego se pone levemente distópico, muy sórdido, y el final es un final a todo volumen, de body horror, muy sorprendente y con un recurso muy inteligente. Es un cuento sobre la desesperación de llegar al final de los recursos, la autodestrucción que ocurre cuando nada funciona".