La biblioteca central de la Universidad Nacional del Sur (UNS) se transformó en el último mes, en un hospital. Pero de libros. Tiene 70 mil volúmenes perdidos en un subsuelo que quedó destrozado tras la gran inundación y sus empleados trabajan con especialistas y voluntarios para intentar salvar otros 45 mil libros que quedaron en distintos estados, luego de que el agua desbordara los archivos de la biblioteca. Se trabaja libro por libro, página por página, y hasta con volúmenes guardados en freezers para intentar detener la contaminación de sus hojas.