Los precios de alquileres en Rosario dieron un salto superior al índice inflacionario que mide el Indec, y en el llano eso ya marca tendencia. Según estudios privados, hay una reconfiguración del mercado locativo porque las condiciones y los valores complican la ecuación ante un panorama de sueldos retrasados.

Tal es el caso de un segmento vulnerable en este negocio, como lo es el inquilino de la franja etárea más joven, por debajo de los 30 años y que ha empezado a transitar el desafío de vivir fuera del hogar familiar. 

"El mercado de alquileres está muy difícil. Además, están los requisitos. Es imposible cumplir cuando se exigen 5 recibos de sueldo, 2 garantías propietarias. Pero también el propietario no quiere meter a cualquiera en la unidad que le costó 20 años de trabajo. Es muy difícil. No hay una ley, porque la que había se derogó y estamos trabajando con el decreto de diciembre 2023 (DNU 70) que derogó la ley y dejó la oferta y la demanda que regule solo el mercado de alquileres", puso en contexto Nicolás Parisi, del Centro de Educación Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac).

En este marco, señaló: "El que termina perdiendo es el inquilino: el precio y las condiciones son estas, si no te gusta, que pase el que sigue. El inquilino perdió el poder de decisión, de discutir cláusulas, negociar algo, o contraofertar. Y el propietario no acepta porque entonces vendrá otro", planteó.

El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) difundió ayer su relevamiento habitual para los alquileres de departamentos en Rosario en lo que va de abril. Y detectó que se están pactando contratos con aumentos superiores al índice de inflación. Aumentos de 4%; 6,1%; y 12,5% para los departamentos de 1, 2 y 3 ambientes, respectivamente en cuanto a los valores de marzo. "En todos los casos, los aumentos superan la inflación proyectada para el mes, y en términos interanuales se observa lo mismo", concluyó el informe.

El promedio de los precios de monoambientes es de $260.000, de los departamentos de dos ambientes es de $350.000 y el de tres ambientes $450.000. Los aumentos interanuales fueron de 73,3%, 89,2% y 87,5% respectivamente.

Si bien el informe del Ceso asegura que la oferta incrementó 24% de unidades en términos interanuales, otros observadores advierten que en el mercado locativo los propietarios tienden a cambiar el cartel de alquiler por el de venta.

"Tenemos que entre enero y marzo, los aumentos rondan el 8 por ciento para ese trimestre. Es bajo en comparación a lo que estábamos acostumbrados, incluso cuando regía la ley y la actualización era anual: eso no le servía a nadie porque al propietario se le licuaba el valor en 4 meses, y al inquilino lo mataba cuando llegaba el momento de renovar. Igual los dueños no se ven tentados de dar en alquiler porque una propiedad reporta 400 o 500 mil pesos mensuales, pero ante un arreglo cualquiera ya le significa un importe similar a 2 meses de renta. Entonces alquilar no es redituable por el alto costo de mantenimiento y materiales", describió Parisi. 

"Hasta 2012, los propietarios tenían un recupero de 8 a 10 años del capital invertido y quedaba con el ladrillo. Hoy no. Ni se habla de recuperar el capital: un departamento de un dormitorio, 60.000 dólares, hoy se alquila al equivalente de 300 dólares. Necesitaría 20 años, y que no se rompa nada, un termotanque, una filtración en el techo, problemas estructurales que son caros y rompen la ecuación", señaló para explicar la retirada de la oferta y el encarecimiento de los precios de locaciones.

En consecuencia, el primer síntoma aparece en los jóvenes que se fueron a vivir solos. "Estamos notando un retroceso en la franja de menores de 30 años que dejan de alquilar y vuelven a vivir con sus padres. El corrimiento es generacional, no hay trabajo que alcance para poder costear alquiler de un dormitorio y cubrir las necesidades básicas. Un alquiler a 400.000 pesos y un sueldo de empleado de comercio que roza los $800.000, mas expensas, más servicios, y todavía falta el consumo básico. Imposible", reveló el referente del Cesyac.

"Lo vemos al encuestar inmobiliarias de la plaza. Inquilinos que han rescindido o no renovaron por razones económicas, y la tendencia es que retornan al hogar familiar. De 10 inquilinos que dejaron de alquilar en ese segmento, 4 volvieron al hogar familiar. Es un doble juego, es un ahorro no alquilar pero a la vez aporta a esa casa, es decir que hay como una reconfiguración de la economía de esas familias".

Un rasgo similar observa en el mercado de jóvenes foráneos que vienen a cursar estudios universitarios o terciarios en Rosario. "Hasta hace un par de años, estudiantes de localidades próximas como San Lorenzo, Arroyo Seco, San Nicolás, incluso Bermúdez o Beltrán, alquilaban un departamento en Rosario por cercanía con la universidad. Hoy no. Yo tengo alumnos de San Nicolás, Villa Constitución, que viajan todos los días porque a su familia le resulta imposible alquilar y mantener una propiedad en Rosario. Si no, la alternativa que está en auge, son las residencias estudiantiles. Pero alquilar solo, ya no".