En el Centro de Justicia Penal se vivió ayer una jornada intensa: En el mismo dia fue detenido el conductor del auto que llevara al sicario del playero Bruno Bussanich, quien terminó imputado y detenido hasta el juício. Se trata de Victoriano Cantero, quien cayó en un operativo de saturación cerca de la Vía Honda, fue imputado por ser parte de la saga de crímenes violentos contra trabajadores ocurrido en marzo de 2024. Para los fiscales el asesinato en la estación de servicios de Mendoza 7600, fue instigado desde la cárcel de Coronda por Maximiliano "Menor" González, considerado miembro de la banda de Claudio "Morocho" Mansilla. También imputaron por la misma saga de crímenes que tuvieron como víctimas a trabajadores en sus puestos de empleo a Joana Soledad Albornoz por su participación en los asesinatos de los taxistas Diego Celentano y Héctor Figueroa. Según Fiscalía fue quien le dio el dinero a los menores -200 mil pesos a cada uno- que mataron a los choferes. Para los fiscales Patricio Saldutti y Adrián Spelta con las imputaciones a tres personas  ya no quedan prófugos en la investigación, que se encaminará al juicio oral. Otro dato importante es que toda la pesquisa pudo cerrarse a partir de la toma de declaración vía cámara Gesell del adolescente sindicado como autor material de tres de los cuatro hechos y devenido en testigo de identidad reservada. Esa medida de prueba, que demoró un año,  permitió terminar de identificar a los participantes de algunos de los hechos.

Para la Fiscalía la principal hipótesis es que los asesinatos fueron una represalia de bandas criminales ante el aumento de controles en las cárceles donde están presos sus referentes. Fue el "Menor" González fue quien mantuvo una videollamada previa al crimen de Bussanich. Ese contacto se estableció en una casa de Misiones al 2200 que actualmente está clausurada como parte de una medida del gobierno provincial. Por eso fue acusado como coautor de un "homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por precio o promesa remuneratoria, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de menores de edad, en concurso ideal con Intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego y por la participación de menores de edad". Y también se le achacó un hecho de "coacciones agravadas por ser anónimas y con el propósito de obtener alguna medida o concesión por parte de los miembros del Poder Ejecutivo de la Provincia de Santa Fe".

La investigación también comprende un ataque que no terminó en asesinato, pero que no es un hecho menor y forma parte de la misma saga de intimidaciones. Horas antes del crimen del colectivero Marcos Daloia, ultimado mientras conducía una unidad de la línea K, hubo otro ataque contra un chofer del transporte urbano. Por ese hecho ya fue imputado José Mauricio Maturano, también acusado por el crimen de Daloia. Maturano fue quien horas antes condujo la moto y llevó a Alejandro Victoriano Cantero, a cometer el intento fallido de asesinato de un chofer de la línea 122. Ayer Cantero fue imputado de tentativa de homicidio por ese hecho, pero también le adjudicaron la coautoría del homicidio de Bussanich ya que fue ubicado como quien manejó el vehículo en el que trasladaron al sicario hasta la estación de servicio donde se perpetró.

Por ello a Cantero también se lo imputó como coautor de los mismos delitos que le atribuyeron a González y a Albornoz. Pero de los dos hechos que le achacaron, uno quedó en grado de tentativa.

En resumen lo que establecieron los investigadores es el grupo de "Menor" González estuvo detrás de los asesinatos del colectivero Daloia, del playero Bussanich y del ataque fallido contra el chofer de la línea 122. Sobre el crimen del playero se estableció que fue cometido por el menor D. G., de 15 años, también señalado en la célula comandada por Chucky Monedita como autor de los homicidios de los taxistas en aquel marzo sangriento.

Al ser consultado en conferencia de prensa sobre el móvil de los hechos, Spelta respondió que ya estaba claro: “Se sabía que era como represalias a medidas que se venían tomando adentro del Servicio Penitenciario y como reacción a esto entendieron que debían llevar adelante este plan y se dividieron en dos sectores: uno en la zona sur y otro en zona norte que atacaron distintos objetivos, pero siempre con un plan en común, con un objetivo en común y en un plazo determinado ya que todo duró una semana”.

Por su parte el fiscal Saldutti reconoció que la detención de Cantero como chofer del auto del sicario del playero se dio con "una prueba determinante : la cámara Gesell que se hizo con el menor autor material de ese hecho, eso sumado a la evidencia que ya teníamos hasta el momento, nos permitió concluir que era esta la persona y por eso se inscribió su captura".