5 - DROP: AMENAZA ANÓNIMA

(Drop/Estados Unidos, 2025)

Dirección: Christopher Landon

Guion: Jillian Jacobs y Chris Roach

Duración: 95 minutos

Intérpretes: Meghann Fahy, Brandon Sklenar, Violett Beane, Jacob Robinson, Reed Diamond y Gabrielle Ryan

Estreno en salas

El título de la nueva producción del estudio Blumhouse es Drop: amenaza anónima, pero tranquilamente podría haberse llamado “Alguien te está mirando” o “Cuando acecha la maldad”, por citar dos ejemplos del bastardeado cine nacional. El primero se debe a que su trama recurre, por vez número mil desde que se inventaron los celulares, a la idea de un extraño enviándole mensajes a la protagonista en los que da detalles muy precisos de sus gestos, sus acciones y las situaciones a su alrededor, síntoma inequívoco de que tiene los ojos –ya sea reales o virtuales– sobre ella. El segundo, a las intenciones del ilustre desconocido: no busca hacerse el lindo ni dejarle en cero las cuentas bancarias, sino que ella cumpla una serie de “misiones” relacionadas con el muchacho con el que comparte unas copas en un coqueto restaurant ubicado en las alturas de un rascacielos de la ciudad de Chicago.

El dueño de los dedos misteriosos podrá ser cualquier cosa, menos improvisado, aunque es verdad que aparecerse en el telefonito de Violet (Meghann Fahy) mandando memes no parece ser la opción más intimidante. Sin embargo, y a medida que esos memes se vuelven muy personales, queda claro que la observa y que no será fácil deshacerse de él. Caso contrario, el encapuchado que envió a su casa matará a su hijo y a su hermana, que aceptaron con gusto quedarse mientras mamá tiene una cita por primera vez desde la muerte de su marido. Un marido golpeador, detalle que habla más sobre la voluntad de Drop de fechar su proceso de manufactura que de algún trasfondo condicionante del relato.

Con los mensajes inundando la pantalla –la del dispositivo y también la de la sala, porque a través de ese recurso se muestran los textitos– va conformándose el único pilar sobre el que reposa la nueva película de Christopher Landon, que en Feliz día de tu muerte y Freaky había hibridado muy bien la comedia y el terror. No es el caso de la muy seria Drop, en tanto es muy difícil, casi imposible, sostener una película con una única idea. La que se propone Landon es, básicamente, mostrar cómo van clausurándose las posibilidades de Violet de escapar de la encerrona planteada por su victimario.

Lo comprueba ella misma cuando trata de pedir ayuda en el baño y él la manda a sentarse, así como también cuando le pide que rompa la memoria de la cámara de fotos del muchacho y, una vez cumplido, que coloque un líquido en su copa de vino. El muchacho, mientras tanto, asoma como un galán deconstruido que compaña con paciencia oriental los aparentes caprichos de Violet, que en un momento le dice que quiere cambiar de mesa y después no; y en otro que quiere un tequila sin limón y más tarde con limón.

Sobre el tercio final, Drop fuerza hasta más allá de lo recomendable su propio verosímil, convirtiendo a Violet en una fiera sagaz y lúcida incluso en las situaciones más adversas. Además, recurre a un desenlace con persecuciones, rescates de último minuto y un nene al que nada, ni siquiera un encapuchado con un arma, lo hace perder la inteligencia digna de un adulto.