El presidente venezolano, Nicolás Maduro, le pasó factura a los principales partidos opositores por negarse a participar en las elecciones de alcaldes de este domingo: quedaron excluidos de la carrera presidencial de 2018, advirtió. “Partido que no haya participado hoy (por ayer) y haya llamado al boicot de las elecciones no puede participar más. Ese es el criterio que la Asamblea Nacional Constituyente ha esgrimido y yo los apoyo”, dijo el mandatario junto a la presidenta de ese órgano, Delcy Rodríguez.
Entre esas agrupaciones están las de Henrique Capriles (Primero Justicia), Leopoldo López (Voluntad Popular) y Henry Ramos Allup (Acción Democrática), que se marginaron tras denunciar un “fraude” en las regionales del 15 de octubre, cuando el chavismo ganó 18 de 23 gobernaciones. De hecho ayer se votó nuevamente en el estado de Zulia, dado que el candidato opositor que fue electo, Juan Pablo Guanipa, se había negado a juramentar ante la Asamblea Nacional Constituyente.
En las votaciones de alcaldes compitieron otros opositores por cuenta propia, agravando las fracturas en la coalición Mesa de Unidad Democrática (MUD), que en los comicios de gobernadores movilizó dos millones de personas menos que en 2015, cuando arrasó en los legislativos.
No obstante el anuncio, Capriles no puede optar a la presidencia porque fue inhabilitado por la Contraloría, mientras López está bajo arresto domiciliario cumpliendo una condena a casi 14 años por incitar a la violencia en protestas ocurridas en 2014.
La baja afluencia parecía ser el común denominador en esta jornada electoral. “Será una victoria casi segura del gobierno, con alta abstención”, señaló el politólogo Luis Salamanca. Las municipales no suelen tener gran convocatoria. En 2013 hubo 42 por ciento de participación.
Asimismo, Maduro convocó a los 335 alcaldes que salgan elegidos a una reunión en el palacio presidencial de Miraflores para crear un plan de trabajo conjunto. “Esta semana con los alcaldes y alcaldesas electos voy a convocar una reunión con los 335 alcaldes para hacer un solo plan de servicios públicos, de transporte (...) con el que gane, con todos”, anunció el presidente en una breve rueda de prensa que realizó tras votar en el oeste de Caracas.
El jefe de Estado dijo que la llamada a los dirigentes electos es “con buena voluntad” y apoyada en la “experiencia” de sus cuatro años de gobierno que, aseguró, “pesan poderosamente”. “Creo en el diálogo, en la palabra, en el trabajo conjunto (...) hagamos un solo plan”, reiteró.
Maduro ha convocado a Miraflores en varias ocasiones a cargos políticos integrantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), del que es presidente, como de la oposición con, sobre todo, poco éxito con estos últimos.
El presidente también ayer llamó a prepararse “desde ya” para las presidenciales, en las que planea buscar la reelección. “Van a ser una gran fiesta”.
Los comicios presidenciales están previstos para fines de 2018, pero según opositores y analistas podrían ser adelantados al primer trimestre pues Maduro querría aprovechar la división de sus adversarios.
El mandatario sostuvo que esa decisión corresponde a la Constituyente, integrada únicamente por oficialistas.
La aprobación del sucesor de Chávez subió de 24,4% a 31,1%, según una encuesta de la firma Venebarómetro realizada entre octubre y noviembre.
La evaluación negativa de la MUD, en cambio, aumentó de 46,1% a 65,7%.
Garantizar “condiciones justas” de cara a las presidenciales es la prioridad de la alianza opositora en las negociaciones emprendidas con el gobierno la semana pasada, para resolver la crisis política.