Racing cerró con una sonrisa la pesadilla de un semestre en el que perdió todo lo que jugó y, además, se quedó sin técnico. Le ganó 3-1 a Gimnasia y ahora, tras la ratificación de Víctor Blanco en la presidencia (ver aparte), deberá tomar las medidas necesarias para modificar el rumbo errático y, de ser posible, recuperar el terreno perdido. Fueron claves sus dos delanteros. Porque Lisandro López hizo dos de los tres goles de la victoria y Lautaro Martínez, el restante, luego de errar un penal sobre el final. Pero, además, acompañaron bien desde la mitad de la cancha Zaracho y Diego González. Sin sobrarle fútbol, la Academia tuvo mejor juego que el que pudo mostrar en el ciclo de Diego Cocca. Y eso ayer le fue suficiente para ganar sin dejar ninguna duda.
Hay un mérito más que realiza el triunfo racinguista. Fue la primera vez que pudo dar vuelta un resultado en esta Superliga. Gimnasia arrancó ganando 1-0 con un golazo de tiro libre de Braian Alemán a los 2 minutos del primer tiempo. Pero luego cometió un error: se enamoró de la ventaja prematura. Tanto que se desentendió del partido. Dependió sólo de los esfuerzos de Alemán para sobreponerse a la mediocridad que lo rodeaba. El resto se ausentó demasiado pronto. Y en ese contexto, sin poder recuperar la pelota ni controlar el juego, quedó muy claro que sostener la diferencia le resultaría casi una quimera.
Luego de que el colombiano Ibargüen desperdiciara un cabezazo desde una posición interesante, la dupla ofensiva de Racing se puso el partido al hombro y lo resolvió. Sobre el cierre de la primera etapa, Lautaro Martínez se tiró atrás para conectar con sus volantes y le cruzó un pase largo y precioso a Zaracho, quien hizo bien lo suyo: le ganó a la marca blanda de Faravelli y sacó un tiro cruzado que Lisandro López a la carrera transformó en el empate.
En un minuto, entre los 15 y los 16 del segundo tiempo, Lautaro Martínez tuvo dos chances: una la atajó Martín Arias, el arquero de Gimnasia, y la otra dio en el palo izquierdo. A los 26 minutos, Lautaro y Lisandro volvieron a establecer conexión. Y definieron todo ante el parate de Gimnasia, ausente de cuerpo y alma en toda la cancha. Martínez despachó un centro preciso desde la derecha y López entrando por el segundo palo se lanzó en palomita y anotó el 2-1 que se estiró en el descuento: Bonifacio le cometió penal a Lautaro, quien se hizo cargo de la ejecución: Martín Arias atajó el primer remate, pero nada pudo hacer tras el rebote largo que concedió.
Lo dicho entonces: fue el aporte vital de sus dos delanteros lo que terminó volcándole a Racing el trámite a su favor. Con buen entendimiento entre ellos, Lisandro López y Lautaro Martínez forman un combo ofensivo que no muchos equipos tienen. El problema pasa porque les arrimen la pelota en tiempo y forma, algo que casi nunca sucedió en la etapa de Cocca. Ayer, los dos volantes centrales, el juvenil Kevin Gutiérrez y Diego González, y el pibe Zaracho, de a ratos lo consiguieron. Y los resultados estuvieron a la vista. Racing tuvo el poder de gol que otras veces le faltó y ganó un partido que alivia, pero no disimula, el sabor amargo de un año en el que todo lo que tenía que salir bien, salió mal.