Del laberinto que le suponía la polémica generada en torno a la prohibición del glifosato que aprobó el Concejo, Mónica Fein salió por arriba. Hoy, que vence el plazo para la posibilidad de vetar la norma, la intendenta envía al Palacio Vassallo un mensaje que ratifica la vigencia de la ordenanza 8.871, del año 2011, y de la ley provincial 11.273. Con eso le recuerda a los ediles que la ciudad está protegida con esas normas respecto de la aplicación de fitosanitarios en general, no sólo del más famoso. Y en el mensaje propone la creación del programa Cinturón Verde en el que la municipalidad ya está trabajando y con el que pretende reconvertir a todos los productores de la periferia urbana municipal para que cultiven de manera agroecológica, es decir, sin aplicación de productos químicos. Ella sostiene que sí se puede, y que lo han logrado con los primeros 15 huerteros de esta experiencia piloto, que explotan 35 hectáreas. El periurbano rosarino tiene unas 1.400 parcelas, son 800 hectáreas sobre las 17.600 que componen el ejido municipal.
"En seis años sólo veté una vez, y me lo rechazaron; esa no es mi lógica", dijo Fein, que de esta manera evita aplicar el veto a la ordenanza que impulsó el edil Osvaldo Miatello y que se aprobó por unanimidad el mes pasado. Se ahorra así el costo político ante la corriente ecologista que tomó partido en esta polémica. "Esa ordenanza -dijo ayer la intendenta- no tiene en cuenta la nº 8871, plantea la dicotomía sólo con una sola sustancia cuando hay fitosanitarios más nocivos y dice que tengo que inspeccionar jardines particulares. Muchos errores técnicos y prácticos. Plantea sanciones inmediatas a producciones con glifosato y eso ignora la complejidad del asunto: prohibir y sancionar sin que el Estado acompañe es producir más vulnerabilidad en el vulnerable. No quiero que el huertero se vaya porque no es rentable y el periurbano se termine transformando en urbano", advirtió en alusión al posible avance de la especulación inmobiliaria ante la falta de chances.
En cambio, el municipio encara un proceso con quince productores frutihortícolas que mediante capacitación y apoyo financiero y logístico han mutado su forma de cultivar a un sistema libre de agroquímicos. Y la diferencia -destacan en la intendencia- es haberles brindado un canal de comercialización que les elimina la intermediación (el Mercado de Productores) y pone en valor esa condición agroecológica: las ferias de productores y el Mercado del Patio.
"Queremos que en tres años el programa Cinturón Verde logre la conversión agroecológica de esas 800 hectáreas, que todos produzcan sin agroquímicos, es algo superador de una prohibición del glifosato", explicaron los colaboradores de Fein en esto, Cecilia Alvarez (subsecretaria de Ambiente) y Eduardo González (coordinador del Gabinete de Sustentabilidad).
Por lo demás, Fein le recuerda hoy al Concejo que la ordenanza 8871 prohíbe en todo el municipio aplicación aérea de cualquier fitosanitarios, y en el 82% del territorio (área urbana) está prohibida cualquier clase de fumigación. La discusión es por el resto, esas 800 hectáreas cultivables. Fein considera que ya la normativa preserva hasta 50 metros de cualquier vivienda o escuela, los márgenes de arroyos y solo admite fumigaciones a partir de los 3000 metros de área urbana, una distancia que excedería los límites del distrito Rosario.
Sin embargo, hay una cláusula de la 8871 que admite a partir de 1000 metros de la frontera agronómica la aplicación terrestre autopropulsada (fumigadores mosquito) y de arrastre (pulverizadores con tractor) de productos fitosanitarios de toxicología D, los llamados de banda verde, el glifosato entre ellos.