En el año cerraron 3.500 de los 107.000 kioscos en la Argentina. Entre las causas, figuran la caída del consumo, la suba de costos y tarifas y el aumento del impuesto al cigarrillo. En ese marco, las ventas cayeron 35 por ciento.
"La situación es complicada", afirmó Adrián Palacios, presidente de la Unión Kiosqueros de la Argentina. En mayo, pidieron una audiencia con el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay pero nunca recibieron una respuesta. Pretendían abordar el tema del impuesto a los cigarrillos. El Estado se queda con el 81 por ciento y el resto se distribuye en toda la cadena; a los kiosqueros les queda el 3 por ciento. "Con el último aumento, la disminución del consumo y el incremento de costos, esto no cierra", señaló Palacios.
Otro de los problemas del sector es el aumento de los alquileres. Por ejemplo, renovar el alquiler de un local en una zona céntrica de la Ciudad de Buenos Aires cuesta de arriba de 20 mil pesos, más gastos de inmobiliaria.
También el tarifazo impactó en su ecuación financiera. "Apoyamos el pedido para una tarifa especial para los comerciantes porque sabemos que en enero vamos a tener otros aumentos fuertes de luz, gas y agua", explicó a El Economista el titular de la asociación.
También explicó que la gente compra por precios: "Estamos tratando de aumentar la presencia de segundas o terceras marcas que tengan igual calidad. Hoy vendemos dos alfajores de primera línea y cinco de segunda marca".