¿Te imaginás que un empresario hotelero quiera tirar abajo tu casa para ampliar su negocio turístico? ¿Te imaginás que la justicia le dé la razón y mande policías a desalojarte, te golpeen y además destruyan tu hogar? Eso le sucedió a dos familias de la comunidad Cueva del Inca que habitan ancestralmente en Tilcara, más específicamente en una zona de la Quebrada de Humahuaca, lugar declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2003 y zona protegida, donde conviven la cultura milenaria de los pueblos indígenas y la belleza de la madre tierra.
Una zona de nuestro país que la comunidad que la habita se encargó de cuidar y preservar durante siglos. Sus habitantes pertenecen al pueblo Kolla, que precede a la construcción del Estado Nación, reconocido por la recientemente derogada ley 26.160 de emergencia territorial indígena, que protege a las comunidades de los desalojos.
Tomás Tapia es presidente del Concejo Deliberante de Tilcara, el día del intento de desalojo se hizo presente en el lugar pero la policía le negó el ingreso. En ese mismo momento solicitó al juez de paz frenar el desalojo por 30 días para que la comunidad tenga tiempo de realizar las presentaciones correspondientes ante la justicia y evitar así el desalojo definitivamente. “Los dueños de este hotel son personas de Salta que tienen mega inversiones, mientras al lado de un mega hotelero tenemos gente que no tiene agua, no hay ni una casa con revoque, ni los servicios básicos”, aseguró Tapia.
Silvia Durán es la vicepresidenta de la comunidad, nació en Cueva del Inca, tiene 44 años. Cuenta que en la comunidad hay hombres, pero la gran mayoría son mujeres y las comisiones directivas están integradas por ellas. Son una comunidad que desde hace años resiste a los desalojos aun cuando poseen personería jurídica. El empresario hotelero Carlos Vázquez está intentado invadir el territorio de la comunidad y patrimonio de la humanidad desde hace varios años.
Cuando Silvia nació este hotel de lujo aun no se había construído. Una vez que llegó Vázquez comenzó a ampliar su emprendimiento turístico hacia los cerros y en este último año comenzó a avanzar sobre el territorio que le pertenece a la comunidad donde viven 100 familias que ni siquiera tienen agua potable, mientras que el hotel posee una piscina gigante.
“Lo que hizo este empresario hotelero es iniciar un juicio individualizado a uno de los integrantes de mi comunidad. El afectado se retiró pacíficamente del lugar y la comunidad se quedó resguardando el territorio. Nunca nos llegó una notificación de desalojo, el martes se presentó Infantería y la Policía de Jujuy en el lugar y nosotros resistimos. Fuimos totalmente violentados, como sucede siempre la agresión hacia los pueblos. Estamos en territorio comunitario, muy cerca de un sitio arqueológico porque la Quebrada de Humahuaca donde vivimos, tiene varios sitios arqueológicos", explica Silvia.
"En Jujuy hay más de 420 comunidades indígenas", asegura la vicepresidenta de la comunidad, que son amenazadas con desalojos de manera sistemática. Desde hace meses la abogada de Cueva del Inca realizó varias presentaciones de medidas cautelares pero la Justicia no le dio lugar. "Constantemente en nuestra zona estamos viviendo esta violencia de parte de empresarios que no respetan los territorios. La historia de la comunidad es que vivimos en tierras ancestrales, nuestros ancestros habitaron estos sitios arqueológicos y nosotros siempre hemos estado en este lugar. Formalmente, cuando se modificó la Constitución Nacional obtuvimos la personería jurídica, tenemos el reconocimiento del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), la carpeta del RETECI, que establece la posesión territorial y estamos censados. Todos nuestros documentos que nos reconocen como comunidad ancestral están actualizados”, explica Silvia.
¿Cómo fue el intento de desalojo?
--Cuando nos enteramos fuimos llegando al lugar para resguardar y acompañar a una de las afectadas, que es la presidenta de la comunidad, Miriam Alfaro, su concubino es quien fue denunciado. Él se retiró y la comunidad junto con Miriam nos quedamos resguardando el lugar dentro de su casa. Ya hemos sufrido la misma violencia en años anteriores. A la justicia no le interesa nada. La jueza Liz Valdecantos Bernal a cargo de este desalojo, es quien ya viene dando sentencia de desalojos a otras comunidades. Son hechos inhumanos y este es el primer desalojo que se pudo frenar. Nosotros incluso le manifestamos a la intendenta, Sonia Pérez, nuestra intención de resguardar el espacio de manera pacífica pero no obtuvimos ninguna respuesta. La policía quería entrar pero nosotros resistimos dentro de la casa. Nos trataron como si fuéramos usurpadores aunque siempre vivimos acá. La policía con mucha violencia le pegó a nuestros abuelos mayores, a las mujeres también y en su mayoría eran oficiales masculinos. Muchas personas de nuestra comunidad resultaron heridas. Una de las casas la tiraron abajo.
¿Cómo lograron frenar el desalojo?
--Nuestros abogados estuvieron trabajando y han hecho una denuncia al fuero federal. También se presentaron aquí los representantes del Consejo Deliberante de Tilcara y así pudimos frenar el desalojo. Lo único que pedíamos es que frenaran la violencia y que no se efectúe este desalojo.
¿Cuándo comenzó a invadir su territorio este empresario hotelero?
--El conflicto se da cuando este empresario empieza a pasar el límite hacia nuestros territorios. Acá hay muchos cerros, entonces bajaron a un cerro, empezaron a construir. Esto siempre fue zona de pastoreo y de despacho de almas que nosotros hacemos después de la muerte de nuestros seres queridos, como las ceremonias. Además en este lugar hay sitios arqueológicos, son tierras ancestrales, antiguas, son lugares sagrados que siempre hemos ocupado. Somos una comunidad de bajos ingresos, hay albañiles, agricultoras, también docentes. Somos familias con recursos económicos básicos. Ya hemos tenido otros intentos de desalojo que no se concretaron pero ahora con la derogación de la ley 26160 estamos desprotegidos aún cuando somos un pueblo ancestral reconocido por la Constitución Nacional. No nos quieren, para ellos somos una molestia.
¿Cómo continúan?
--Vamos a resistir, tenemos que cuidar este lugar. Es nuestro espacio, es donde hemos nacido. Y aquí tenemos que estar, hacer nuestra vida y morir con nuestra familia, como lo han hecho tantas generaciones anteriores. Nosotros llevamos una vida tranquila y no modificamos el lugar. Hicimos nuestras casas con la misma tierra que hay acá, con las mismas piedras que trae el río, siempre respetando el territorio. Si nosotros no hubiésemos defendido esto, ya estaría en manos de empresas privadas, dueños de hoteles y negocios del turismo que contaminan y destruyen sitios que deben estar protegidos, sin modificaciones. A veces nos dicen, vayan a vivir a Bolivia, a Perú, vayan a sus países, pero este es nuestro país. Este es el norte argentino y la realidad es que Argentina tiene pueblos originarios. La quebrada de Humahuaca tiene una alta cantidad de sitios arqueológicos que nos indican que esto ha sido muy poblado por comunidades indígenas. Siempre ha sido así. Acá tenemos nuestra sangre, nuestros rasgos, nuestra cultura y nuestra espiritualidad de la zona y por todo eso vamos a continuar luchando.