La historia es un cross a la mandíbula de los lectores. Álvaro, un cineasta independiente, y Alicia, su pareja, deben hacer una escala obligada en Los Huemules, un pueblo perdido en mitad del desierto, por un desperfecto mecánico en el coche en el viajan. Obligados a pasar la noche en un hotel de mala muerte, lo siniestro irrumpe cuando Álvaro se despierta a la mañana siguiente y Alicia no está con él. Desaparece sin dejar rastros, tal vez vio lo que no debía ver. El criadero, novela de Gustavo Abrevaya que ganó el premio Boris Spivacow en 2003, tuvo varios reediciones en España y la Argentina, y fue elegida en 2023 entre los diez mejores libros de terror publicados en inglés por el diario The New York Times, será declarada de Interés para la Cultura y la Comunicación Social este jueves 24 a las 17 en el salón Montevideo de la Legislatura de la Ciudad. Acompañarán al escritor y psiquiatra el legislador Juan Modarelli, autor de la iniciativa; Daniel Santoro, Ana María Shua y Luis Gusmán. En la ceremonia cantará Ramiro Abrevaya y Clara Seckel se encargará de leer fragmentos de la obra.
Abrevaya (Buenos Aires, 1954) dice que está “muy asombrado” por la perdurabilidad de El criadero, novela que volverá al ruedo reeditada por Bardos, con ilustraciones del artista Daniel Santoro, prólogo de Ana María Shua y contratapa de Reynaldo Sietecase. “Uno escribe algo y no tiene conciencia del alcance que puede tener; pero es el libro que marca mi vida. Luis Gusmán, con quien tengo un vínculo muy intenso, me dice que cuando a él lo reconocen le dicen 'usted es el autor de El frasquito'. Me parece que yo soy el autor de El criadero”, plantea el escritor, que también publicó Los infernautas, El enviado y La bala que llevo adentro. “El interés cultural que tiene es porque intenté que la novela sea una metáfora sobre la búsqueda que hace un familiar por un familiar desaparecido. Álvaro va a la policía, recurre a la política, a la curia. En un momento en el cual se está reividincado el accionar de la dictadura cívico militar, lo que puedo decir es que el terror de lo imposible no es más que una metáfora del verdadero terror, que es el que hemos vivido en aquellos años y que está asomando su fea nariz otra vez" .
En estos veintidós años, mucha agua corrió bajo el río. Abrevaya aún manifiesta su sorpresa por la elección de El criadero, traducida por Andrea Labinger y publicada con el título The Sanctuary, entre los diez mejores libros de terror según The New York Times. “El periodista pescó muy bien algo cuando dijo que en la novela está la base de Lovecraft. Y es cierto porque yo a Lovecraft lo leí, casi que me lo inyectaba. Hay un pasaje que es cuando aparecen los perros, que tenía la idea de poner algunos perritos medio chumbones y me salió un monstruo gigantesco, una sola forma con miles de ojos, y digo: si esto no es Lovecraft, no sé dónde está Lovecraft. Pero a su vez esto marca la época que vivimos: uno esperaba una cosita y nos encontramos con una cosa monstruosa”, dice el escritor y agrega que Leyenda Films, la productora de la película El criadero, está haciendo gestiones “en niveles muy altos” en serio. El problema es que como nos han serruchado los pies acá, todo se hace afuera. En este momento se está trabajando para generar dinero porque acá el dinero solo sirve para comprar gas pimienta”, lamenta el escritor las prioridades libertarias enfocadas en reprimir a los jubilados y manifestantes.
“Cuando se publicó la novela en 2003, gente que es de derecha, gente que iban a tomar misa a la misma iglesia donde iba Videla, gente con la que trabajé porque soy médico, lo reconocieron de forma instantánea y me dijeron: ‘vos estás hablando de la represión’, con esos términos, una persona que tomaba misa en la misma iglesia que Videla”, recuerda Abrevaya y prefiere terminar con una anécdota con uno de los seis nietos que tiene. “Mi nieto Fidel vio las tapas que proliferaban de la novela porque en España hubo tres ediciones, acá dos y ahora vamos por la tercera, y preguntó: ¿Por qué todos los libros del abuelo se llaman El criadero? Me parece un síntesis genial”.