Otra jornada de protestas palestinas contra la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel derivó ayer en enfrentamientos con el Ejército israelí que dejaron más de una veintena de manifestantes heridos en los territorios de Gaza y Cisjordania, informaron autoridades.
Las protestas en territorio palestino se repiten desde el miércoles pasado, cuando Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel y anunció el traslado a esa ciudad de la embajada estadounidense en Tel Aviv, aunque las manifestaciones de ayer y las del domingo tuvieron menor concurrencia y fueron más aisladas que las de días anteriores.
No obstante, durante la jornada se produjeron choques con soldados israelíes que terminaron con varios palestinos heridos de bala.
“En Gaza hay 21 personas heridas por fuego real, balas de acero recubiertas de caucho y gas lacrimógeno, que necesitaron asistencia hospitalaria”, detalló el Ministerio de Salud en un comunicado.
La Media Luna Roja, por su parte, informó de al menos 29 palestinos heridos en choques con tropas israelíes en Gaza y en las ciudades cisjordanas de Ramallah, Hebrón y Tulkarem.
Desde el comienzo de las protestas, cuatro palestinos murieron en Gaza en enfrentamientos con el Ejército y otros dos, milicianos del movimiento islamista Hamas, por bombardeos de la aviación israelí en respuesta al lanzamiento de cohetes.
Ayer se produjeron nuevos ataques aéreos sobre posiciones de Hamas en el enclave costero después de que varios cohetes fueran disparados hacia territorio israelí, episodios que se repiten desde el jueves.
El liderazgo palestino llamó a confrontar la decisión de Trump con protestas en la calle, y Hamas pidió incluso comenzar una intifada (levantamiento). Sin embargo, la movilización ha sido limitada, aunque los analistas coinciden en que es pronto para valorar el desarrollo.
“No creo que sea posible prever qué va a pasar”, dijo el analista en Medio Oriente e investigador en el centro BESA de Estudios Estratégicos de la Universidad israelí de Bar Ilan, Jonathan Rynhold.
“Lo que parece ahora es que probablemente no sea violento, pero podría explotar en cualquier momento”, añadió.
En protesta por la decisión de Trump, el presidente palestino, Mahmud Abbas, decidió no recibir al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que visitará la semana que viene la región, mientras su gobierno estudia medidas de respuesta a Washington.
A todo esto, los países la Unión Europea (UE) no trasladarán sus embajadas a Jerusalén siguiendo los pasos de Estados Unidos, según dejó claro la representante de Política Exterior del bloque, Federica Mogherini. “Sé que el primer ministro (israelí, Benjamin) Netanyahu mencionó en un par de ocasiones que espera que otros sigan la decisión del presidente (Donald) Trump de trasladar la embajada a Jerusalén. Pero puede mantener sus expectativas para otros, porque ese movimiento no llegará por parte de los países miembros de la Unión Europea”, dijo Mogherini al término de una reunión de casi dos horas de los ministros de Exteriores de la UE con Netanyahu en Bruselas.
Mogherini también dejó claro que, desde el punto de vista de la UE, el reconocimiento unilateral de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos supone más bien una amenaza en vez de una oportunidad para la paz. La perspectiva de que puedan iniciarse nuevas negociaciones de paz parece actualmente estar “muy lejos”, advirtió la jefa de la diplomacia europea.
Previamente, Netanyahu había pedido a los ministros de Relaciones Exteriores de la UE que sigan el ejemplo de Estados Unidos y reconozcan Jerusalén como capital de Israel. “La base para la paz es reconocer la realidad (...) Jerusalén es la capital de Israel y nadie puede negarlo”, afirmó el premier israelí.
Más tarde, en un video publicado en Twitter desde el avión que lo llevó de regreso a Israel, Netanyahu dijo que había llamado a los ministros del Exterior de la UE a que “dejen de mimar a los palestinos” y de ser demasiado indulgentes con ellos.
Mogherini, en cambio, destacó que una solución al conflicto israelo-palestino solo es posible mediante negociaciones directas y que el objetivo debe ser la creación de un Estado palestino al lado de Israel, con Jerusalén como capital de los dos países.