Clara García, como frontwoman socialista en el frente Unidos que gobierna Santa Fe, se apresta a conducir la Cámara de Diputados por tercer año consecutivo. La primera mujer electa y reelecta dos veces para una de las dos poltronas principales del Poder Legislativo. Desde ahí cimenta la gestión de Maximiliano Pullaro en el año de la reforma constitucional, y recalca su vocación de construir consensos como su mejor activo. Pero llegado el caso, no hay lugar para renuncios. "Tenemos la convicción del diálogo, pero también la fortaleza de los votos suficientes para apoyar al gobernador", dijo a Rosario/12, luego de la reelección mayoritaria de sus pares. García valora que la gestión de gobierno sea con los mayores acuerdos posibles; pero si no se puede, se ejerce la fuerza de la mayoría que hoy el oficialismo detenta en ambas cámaras. Defiende la reforma constitucional al modo y en el tiempo (14 de julio, día 0) en el que pide el jefe del Gobierno, y rechazó la sospecha de que todo se reduce a habilitarle la reelección. Por lo demás, describió la convivencia del socialismo en un frente hegemonizado hoy por Pullaro, un gobernador al que en la Casa Rosada que habita Javier Milei lo tienen como un opositor blando, casi un amigo a la hora de las definiciones.
"Espero -dice a este diario- ser la última presidenta de la Cámara en ser electa en abril: aspiramos que con la reforma el año parlamentario empiece mucho antes, no esperar a mayo. Los acuerdos políticos no son sencillos y por eso destaco de esta elección que tanto el vice primero José Corral de la UCR, como la vice segunda, Sonia Martorano del PJ y yo socialista, hemos sido electos y reelectos, y es bastante inédito que tres partidos distintos puedan dialogar y llegar a acuerdos para que la Cámara de Diputados funcione, es una marca identitaria de Santa Fe".
-Pero otros quedaron afuera, como Somos Vida, de Amalia Granata, tenaz opositora.
-Tiene que ver con la cantidad de diputados y diputadas que tiene cada expresión política.
-Ustedes destacan el consenso en la mayoría de las leyes. Pero lo cierto es que las iniciativas del oficialismo salen sí o sí, y nunca han retrocedido ante la objeción opositora.
-Pero muchos bloques han tenido sus aportes críticos, con vocación de estudiar los temas. Son pocas las leyes que se votaron tal como vinieron. Siempre tuvieron un aporte opositor que las terminó enriqueciendo. La decisión de la unanimidad también tiene que ver con esto, porque si uno tiene los votos y levantan la mano quizás no interese cambiar nada, pero no. Hay vocación de incluir a las minorías parlamentarias y lo hacemos.
-En los períodos anteriores del Frente Progresista el Ejecutivo retrocedió varias veces en Legislatura.
-Lo que pasa es que no había mayoría en el Senado y eso hoy cambió mucho. Cuando se tiene una sola Cámara la negociación con la otra cámara tiene otras complejidades. Ahora tenemos la mayoría en ambas, con la convicción del diálogo pero también la fortaleza de los votos suficientes para apoyar al gobernador.
-Hay voces en la oposición que le endilgan al frente Unidos ir a lo pirro con sus metas. Por ejemplo, en la forma de sacar adelante la Reforma constitucional… escasa consulta ciudadana, escasa información previa, negativa a dejar pasar el año electoral y celebrarla en julio…
-No. Veamos cada cosa: escasa participación diría que no porque hubo 10 proyectos de legisladores de todas las bancadas que fueron tenidos en cuenta a la hora de condensar en un único proyecto de ley este llamado a la reforma constitucional. Gran cantidad de aportes fueron tenidos en cuenta en la ley. Por lo demás, desde 2018 para acá cuando lo impulsamos siendo gobierno, llegó al recinto el proyecto del Ejecutivo, venía precedido de varias instancias de participación y que también las tendremos ahora. Hay tiempo para escuchar voces institucionales, académicas, de las fuerzas del trabajo, de distintos sectores... medioambientalistas, de temáticas particulares.
-La desconfianza estriba en que Pullaro quiere celebrar la reforma ahora, en medio del año electoral, como un trámite sin tanta atención ciudadana, y poder concretar su reelección como objetivo central.
-Quizás quienes digan eso no hayan tenido la oportunidad de leer la ley: tiene 40 artículos sobre normas actuales de la Constitución y otros 30 nuevos que nunca se contemplaron. Achicarlo a la reelección es muy reduccionista y falto del tiempo de trabajo y estudio que esto requerirá. Esas críticas vienen de quienes sí tienen la posibilidad de reelección, todos los cargos menos el del gobernador. De un senador a un presidente comunal, todos tenemos reelección indefinida, pero el gobernador no. Por eso decimos: sí a la reelección, pero no indefinida, es para transparentar la política como terminar con los fueros, o que haya ficha limpia, aumentar el período de sesiones ordinarias.
-La reelección del gobernador tiene que ser para este mismo, o la forma más ética debería hacerla vigente a partir del siguiente gobernador.
-Son cuestiones que van a determinar los convencionales. Me parece que hay tantos temas sobre los cuales van a encontrar su punto de acuerdo. Sí digo que para llevar adelante proyectos transformadores, cambios de envergadura requieren de más tiempo que una sola gestión. Claro que después será la gente la que diga sí o no, que elija y allí estará la última palabra.
-El pullarismo quiere que se pueda reelegir al actual, pero Miguel Lifschitz cuando intentó convocar a la reforma constitucional también incluía la posibilidad de reelección del gobernador, aunque él se auto eximía y la proponía a partir de quien fuera su sucesor en adelante.
-Hubo tantos temas importantes en esa propuesta. Yo lamento siempre que no haya habido la madurez política para poder votarlo. Hoy Santa Fe tiene esta ley de necesidad votada por orígenes políticos muy diferentes, todos con proyectos en este sentido. Será muy rico el debate en esos 40 días de convención.
-¿Hubiera querido ser convencional constituyente?
-Me gustó mucho liderar ese proceso para que esto fuera posible. No fue fácil, hubo más de 10 proyectos. Haber transitado ese camino me da un orgullo enorme como presidenta de la Cámara. Tengo enorme orgullo por los siete convencionales socialistas y me siento enormemente representada.
-¿Qué seguirá en la agenda legislativa; o este año queda copado por la Reforma?
-El año legislativo continúa. El gobernador lo abrirá el 1 de mayo y seguramente dará señales de muchas instancias en las que vamos a trabajar juntos. Ayer (por el jueves) aprobamos una ley de iniciativa privada (Régimen Provincial de Iniciativa Privada) que le dimos un cariz muy santafesino para trabajar en la obra pública con modalidades nuevas y así cada semana hemos tenido cada sesión con leyes nuevas.
-Una de las leyes que más resistencia provocó fue la reforma previsional. Hoy la Justicia sigue sacando fallos en contra que invalidan los descuentos forzosos, el diferimiento de los aumentos de paritaria… ¿Tantos mensajes judiciales no ameritan revisar esa ley que aprobaron a pesar de tanta resistencia gremial y política?
-Sería muy importante hacer cumplir la ley en lo nacional, porque gran parte de estos cambios tuvieron que ver con que de manera injustificada el gobierno nacional cortó los recursos que le corresponden a Santa Fe, justamente una de las provincias que no trasladó su caja previsional a la Nación. Cosa que han hecho muchas provincias y eso hace que hoy los jubilados nacionales ganen ingresos paupérrimos. Santa Fe sostiene el 82% móvil y una serie de respetos a derechos laborales y jubilatorios totalmente diferente al resto del país.
-¿Cómo convive el Partido Socialista en un espacio donde el gobernador convalida mucho del gobierno nacional y no enfrenta sino que consiente al presidente Milei y el conservadurismo, el ajuste que declama, además con un estilo violento, intolerante, impropio de la vocación democrática que ustedes predican?
-Me tocó participar el viernes último del primer remate de soja en la Bolsa de Comercio de Rosario y ahí destaco dos críticas muy potentes del gobernador al gobierno nacional, había un funcionario de allá presente, así que se lo dijo de manera personal: una, que tiene que ver con las retenciones (a las agroexportaciones) porque hay un relato nacional de que no se estarían cobrando tantos impuestos y sin embargo las retenciones son uno de los peores tributos porque no tienen régimen de coparticipación sino queda a discreción del gobierno nacional, y son las que agobian a nuestra agroindustria. La otra crítica apuntó a la interrupción de la obra pública, ya no obras nuevas sino mantener las rutas nacionales en nuestra provincia. Fueron dos reclamos muy fuertes.
-Eso lo dice acá, pero en la escena nacional suaviza esos planteos. En instancias parlamentarias nacionales, los legisladores que responden a Pullaro votan de acuerdo a lo que pide Milei.
-Cuando los socialistas definimos formar parte de Unidos lo hicimos convencidos de que teníamos una gran cantidad de acuerdos que tienen que ver con la provincia de Santa Fe, es una coalición de gobierno, armamos una hoja de ruta y la llevamos adelante. Pero sabíamos que había diferencias en la órbita nacional. Convivimos, y estoy muy orgullosa de mis diputados nacionales Mónica Fein y Esteban Paulón, con sus voces muy críticas. Casi no hay partido que no haya estado con posiciones divididas. Hay un clima complejo, de antipolítica, y hacia dentro de las estructuras partidarias que llevan a dividirse y tomar posiciones diferentes.
-¿Está conforme con el espacio que ocupa el PS dentro de Unidos?
-Trabajamos constantemente, pero por unas pinceladas de definición se pierde la realidad que cambia totalmente. Los socialistas sabemos que la realidad manda y hay que estar atentos a ello. Como nunca, con gran unidad partidaria, hemos tenido la decisión de hacer un desarrollo territorial que supera a nuestros mejores épocas cuando vivían nuestros líderes. En un partido pequeño, que nació en una provincia, la muerte en poco tiempo de dos de sus líderes con proyección nacional nos hizo compleja la reorganización. Pero lo hicimos en unidad. Para estas elecciones de 2025 el PS tiene presencia activa en 124 listas. No dejamos de crecer ni de plantear nuestras opiniones. Conservar la identidad partidaria dentro de una coalición también hace fuerte a la coalición.
-Terminó la era de los partidos políticos, y es tiempo de frentes. ¿Puede decirse todavía que Rosario sigue siendo un bastión del socialismo?
-Rosario ha tenido en el socialismo figuras enormemente fuertes, y hay en el rosarino una ilusión de aquello que vivimos en una ciudad siempre innovadora, con proyectos participativos, siempre de escucha a la gente. Eso está latente. Sin duda hay un clima de época muy diferente de quienes no vienen de la política, con armados que lucen no fáciles de comprender; pero bueno... los socialistas estamos, aquí queriendo nuestra ciudad y trabajando por un buen proyecto de futuro.