La crisis de consumo derivada de la caída generalizada de los ingresos, que comenzó en diciembre de 2023 con la llegada al gobierno de Javier Milei, se siente también en las capas más acomodadas de la sociedad, que habitan el universo de los countries y barrios privados del Conurbano. 

El primer dato relevante es que prácticamente nadie quiere revelar su identidad: a diferencia de lo que ocurre en otros sectores sociales, aquí la realidad de intenta disimular o esconder.

Sin embargo, hay dos elementos comunes en los barrios privados, tanto del norte del conurbano (cordón que integran Tortuguitas, Pilar, Tigre, San Fernando y Escobar), como en la zona sur (Ezeiza, Canning, Cañuelas y San Vicente). 

El primero es la morosidad en el pago de las expensas como un problema que jaquea a las administraciones. El otro, la contracara de esa dificultad para afrontar los gastos corrientes, es la multiplicación de mini emprendimientos familiares, para vender a los vecinos, que se promocionan a través del grupo de Whatsapp. 

Los más comunes están vinculados a cocina (repostería, sushi o elaboración de alimentos vegetarianos), pero también hay en el rubro de estética y cuidado personal (manicura, uñas, peluquería). 

Los más jóvenes ahora  se ofrecen para lavar automóviles o cortar pasto, tareas que antes hacían trabajadores externos, generalmente informales. Como consecuencia, dejan de demandar mano de obra de los barrios populares circundantes, que se quedan sin changas ni horas de servicio doméstico, que suelen ser su principal herramienta de supervivencia.

"La morosidad es un problema. Hay quien realmente no puede pagar y quien decide priorizar otros pagos en vez de las expensas o financiarse difiriendo el pago. Por eso algunos barrios implementaron distintas modalidades de escrache. Una es la pizarra con los nombres de los morosos, bien grande y visible, a la entrada. Otra es que los morosos tienen que ir a la guardia a buscar a sus visitas, porque sino no los dejan pasar", explica sorprendido alguien que vive en un country hace más de quince años pero nunca había visto este tipo de prácticas.

"Lo de los emprendimientos personales o familiares viene de la época de la pandemia, de 2020 y 2021", explica un periodista conocedor de la realidad de los countries de la zona sur.

"En ese entonces, impedidos de salir por las restricciones y con mucho tiempo libre, varios, especialmente mujeres se dedicaron a sus hobbies, más que nada para ocupar el tiempo. Es una modalidad que siguió después, que nunca se detuvo, pero en los últimos meses explotó. Cada vez hay más, van de empanadas a sushi o tartas vegetarianas, uñas, trencitas, peinados, cursos on line, lo que se te ocurra", indica.

El INDEC publicó recientemente el documento "Trabajo e ingresos", correspondiente al último trimestre de 2024. Según ese trabajo, el ingreso promedio mensual de los deciles 9 y 10, los más aventajados, fue apenas superior a 1,6 millones de pesos. Según los resúmenes de expensas a los que tuvo acceso Buenos Aires/12, que no eran de los barrios top, se llevan por lo menos la cuarta parte de ese importe. 

A nivel inmobiliario

El paso siguiente en la profundización  de la crisis es que las familias que tenían la casa en el country como segunda residencia, a la hora de achicarse para bajar costos fijos, las ponen en venta. 

Pero también se da otro fenómeno. Cada vez más barrios, en especial los de construcción más reciente, incorporan un sector de condominios o departamentos. Para las familias, es una forma de seguir viviendo en el barrio con un gasto corriente menor. Entonces ponen en venta sus casas para mudarse a un departamento.

La consecuencia es que comienza a crecer, lenta pero sostenidamente, la oferta de inmuebles en los barrios privados y countries. "Cuando crece la oferta cae el precio. Cuando se hace pesada la expensa cae el precio. Si se dan las dos cosas juntas, es buen momento para comprar", explica un martillero. La pregunta, por ahora sin respuesta, es quién está en condiciones de comprar.

Sin embargo, por la política de desindustrialización está creciendo el único nicho que experimenta movimiento y tiene expectativas favorables para lo que queda de 2025: el de los galpones vinculados a la importación. "Cada vez más fabricantes se convierten en importadores y necesitan galpones para acopiar lo que traen", explica un operador de ese sector. "Todos los días recibo llamados que me dicen tengo tantos contenedores en el agua que vienen de China y no sé dónde meterlos".

"La verdad es que no hay tantos galpones disponibles, entonces es una buena oportunidad de inversión. Claro que los valores son más altos que para entrar a un departamento de pozo, hay que poner 500 o 600 mil dólares para construir mil metros cuadrados, pero se puede obtener hasta diez por ciento anual en dólares".