La Ciudad de Buenos Aires es el distrito más rico del País. Asimismo, es el que mayores aportes netos realiza al sistema de Coparticipación Federal de Impuestos. Sus ingresos presupuestarios provienen sustancialmente de sus propios recursos tributarios. En el año 2024 los ingresos corrientes se ubicaron en el orden de los 10.000 millones de dólares.

A su manera, una combinación de ineficiencia y motosierra se viene aplicando en la Ciudad desde hace tiempo.

En el año 2006 la Ciudad gastaba 2.450 millones de dólares, en el año 2015 (antes del traspaso policial) 8.700 millones y en el año 2024 gastó 10.400 millones. En estos años el gasto se ha multiplicado más que 4 veces. Si se toma el gasto de capital: en el año 2006 los egresos fueron de 518 millones de dólares, en 2015 1.361 millones y en 2024, 1.588 millones. Aquí se multiplican por 3.

¿Cómo funcionó la motosierra? La Ciudad presenta resultado financiero positivo desde el año 2022, acumulando hasta el 2024 más de 2.000 millones. Cifra que se refleja en los depósitos del Sector Público no Financiero en el Banco Ciudad que a diciembre 2024 acumulaban una cifra aún mayor, 2.500 millones de dólares.

El equilibrio de las cuentas públicas es valioso porque permite la soberanía fiscal, pero esto no puede llevarse al extremo de afectar los servicios sociales y urbanos y la obra pública.

Para tomar dimensión real de estas cifras, recientemente se ha anunciado el desarrollo de la Línea F de Subterraneo. Esta línea es parte del plan maestro aprobado en el año 2001 mediante la ley 670. Al parecer es la cuarta vez que se anuncian estas obras. En el año 2006 se encontraban en ejecución obras de extensión de las líneas de subterráneo A, B, D y H. En el 2024 no se ejecutó ninguna obra significativa de transporte.

Con 2.500 millones de dólares se podrían haber construido más de 21 km de subterráneo. Las líneas I, F y G involucran 22 km. El recorrido de esas líneas es el siguiente: Parque Chacabuco a Plaza Italia, Constitución a Plaza Italia y Retiro al Cid Campeador, entre las tres sumarán 34 estaciones, conectando lugares estratégicos de la Ciudad, dándole conectividad eficiente a barrios populosos. La única razón para que los vecinos de esas zonas no cuenten con este servicio es la ineficiencia y la motosierra.

No es lógico que obras que van a servir a muchas generaciones de vecinos se realicen exclusivamente con recursos corrientes. La Ciudad ha sido prestataria del BID y el Banco Mundial. En asociación con ellos se hicieron numerosas obras públicas como el saneamiento del Arroyo Maldonado y Vega, la modernización del Hospital Elizalde (35 millones de dólares) y la Usina del Arte. Quedó pendiente el Parque sobre la “trinchera” del FFCC Sarmiento. Debería retomarse esa relación. Ese apalancamiento multiplicaría los recursos para mejorar la vida de los porteños y de los millones de personas que ingresan a la Ciudad diariamente. 

* Ex presidente del Banco Central 2019/2023