El guitarrista Quique Sinesi tiene un pie en Argentina y otro en Europa. Acaba de llegar de una gira por Suiza y Alemania. Y de a poco también va llevando su música a Japón, un país especialmente sensible por la cultura argentina. Sin embargo, pese a tanto ticket de avión, el destacado compositor e intérprete no se olvida de los creadores de su tierra. En su bolso viajero, tiene un nuevo tesoro para mostrar:Cuchichieandos, Vol II, un disco en la que interpreta con soltura composiciones de Gustavo “Cuchi” Leguizamón, compositor y pianista salteño que no precisa demasiadas presentaciones. Editado por el sello Sura, el disco es un vuelo personal sobre piezas conocidas y no tanto del Cuchi, con la compañía de músicos invitados: Carlos “Negro” Aguirre, el ascendente multiinstrumentista Manu Sija, Mono Fontana, Silvia Iriondo, Guadalupe Gómez y Horacio Cacoliris, entre muchos otros. “Son toda gente que yo conozco muy bien. Y la verdad es que cada sesión fue una fiesta. Después de tantos años, los músicos amigos es lo más lindo que uno cosechó”, dice Sinesi, con espíritu horizontal. La presentación será hoy a las 21 en el Torquato Tasso (Defensa 1575).

  El primer volumen había salido en 2010, tras cumplirse diez años del fallecimiento del autor de “Zamba de Lozano”. “Trato de adueñarme de esta música, porque sino no podría sacar nada diferente –dice Sinesi-. Una vez que me adueño empiezo a ver posibilidades de arreglos. Después está la interpretación de los músicos. Con este disco, tuve la suerte de que el resultado final fue mejor de lo que pensaba. Me sentí más relajado en este segundo volumen. Porque en el primero no sabía bien por qué lado estético encararlo. Me volqué por una visión más jazzística, aunque no es jazz. Pero siempre cuidé que esté el sello del Cuchi. Y traté de aportar algo personal, porque sino no tendría sentido que yo intentara hacer lo mismo que hicieron otros. Fue hecho de la manera más auténtica posible y con los músicos que tienen un compromiso con este tipo de música. La idea es actualizar y reinventar su obra para que siga viviendo. Es una música que da para mucho”. Desde un enfoque jazzístico e influencias de la música clásica, Sinesi entrega versiones inspiradoras como “Cartas de amor que se queman” (con la voz de Guadalupe Gómez), “Si llega a ser tucumana”, “Balderrama” (con Hikaru Iwakawa en quena) y “Cantora de Yala”, entre otras. En el medio, hay cuatro “Cuchicheos”, breves composiciones propias acompañadas por el piano del Mono Fontana e intervenidas por grabaciones de la voz del Cuchi, que ilumina desde el más allá.

  --Si bien respeta la esencia de las canciones, se nota la impronta lúdica y el juego de improvisación. ¿Qué se propuso con este repertorio de versiones arregladas por usted?

  --Hacer el primero me sirvió como experiencia para buscar un camino  o varios sobre cómo trabajar la música del Cuchi, desde un lugar personal, una interpretación. Lo que me gusta hacer, y lo que hice en ambos discos, es trabajar solo y con otros músicos. Los temas que hice con otros músicos siempre tengo en cuenta la química con ellos. En “El Aveloriao” hay una formación con percusión, bajo, flauta, voz y guitarra de 7 cuerdas, y está bastante arreglado. En las versiones cantadas, hablo con el cantante o la cantante para ver qué le gustaría hacer y a partir de ahí encontrar un nuevo arreglo. Me interesa salir de lo tradicional pero mantener la forma.

  --Las composiciones del Cuchi son receptivas a nuevas interpretaciones y lecturas, ¿Está de acuerdo?

  --Cuando escuché por primera vez al Cuchi interpretado por Dúo Salteño me llamó mucho la atención, sobre todo por cómo manejaban las voces. Según tengo entendido, el Cuchi tuvo que ver en los arreglos de voces y las armonías. Es una música con un carisma propio, hay algo que me atrae. Él era un músico muy abierto: era amigo de músicos de jazz, le interesaba la música clásica y otras músicas. Y todo eso, siendo música popular, aparece, sobre todo cuando toca el piano. Y con el tiempo, también, uno va tomando consciencia de lo que fue. Sus hijos me contaban que él creía que su música iba a ser más popular con el correr del tiempo. Y es tal cual. Hoy siento que con el Cuchi pasa lo que ocurrió con Jobim en Brasil. Su música está trascendiendo cada vez más en el exterior. Es de esos músicos que me gusta interpretar, como Astor Piazzolla, Dino Saluzzi, Hermeto Pascoal y Egberto Gismonti. Son músicos populares que absorben de las distintas músicas del mundo. Lo que más hago es componer, pero a ellos los interpreto en diferentes proyectos.

  --¿Cómo reciben estas obras folklóricas en Europa?

  --En general, en el exterior no conocen mucho quién es el Cuchi. Sí conocen a Piazzolla y a Yupanqui, que vivieron en Europa. Los ritmos fuertes como la chacarera tienen buena llegada. Las cosas con más energía, que están bien hechas, son bien recibidas. Perciben nuestro acento en nuestra música y eso llama la atención. Si yo en Estados Unidos intentara tocar como un jazzista, se darían cuenta de que no lo soy. No soy folklorista, pero hay fraseos que son bien argentinos.