PáginaI12 En Chile
Desde Santiago
La noche de este lunes se desarrolló el último debate presidencial televisado entre los candidatos a La Moneda, Sebastián Piñera de Chile Vamos que aglutina a la derecha y Alejandro Guillier, de Fuerza de Mayoría que aloja a los partidos de la centroizquierda. Como era de esperar, ambos aspirantes no dijeron nada contundente, en el sentido de captar más votos, y tan solo se ocuparon de reiterar sus propuestas de campaña, programas por lo demás bastante conocidos a esta altura del partido. Quizás lo más llamativo y que logró que la audiencia se mantuviera pegada al televisor en horario prime (el enfrentamiento marcó más de un 40 por ciento de peak), fueron las fuertes acusaciones y descalificaciones que cayeron como metralla en ambos lados.
En ese escenario, el multimillonario empresario sacó lustre a su autoimpuesto buen “manejo económico”, exhibiendo cifras de los logros obtenidos en su primer gobierno (2010-2014), números que si bien son positivos, han sido cuestionados por sus adversarios por supuestos arreglos en los índices y por falsear algunos datos, como por ejemplo, la disminución artificial de las listas de espera de atención en los hospitales y la reducción de la criminalidad. Si bien Piñera mostró seguridad en sus planteamientos, gracias a un relato perfectamente aprendido y estructurado, su reconocida incontinencia verbal e ímpetu descontrolado, le valió muchas críticas.
Desde la otra vereda, Guillier, que partió tibio, poco conciso y hasta enredado en sus intervenciones, se fue afirmando hasta lanzar un par de misiles a las trincheras piñeristas, como cuando le enrostró justamente las cifras de atención de los hospitales o le recordó que su gobierno contó con un precio del cobre (el principal producto exportado de Chile) rondando los cuatro dólares muy lejos de los 2,70 dólares con que se ha movido la administración de Michelle Bachelet.
“(Piñera) es un hombre hábil para los negocios, aunque juega un poco al límite…él ya fue Presidente y no hizo las cosas que ahora nos anuncia…las malas experiencias no hay por qué repetirlas”, dijo Guillier. A pesar de que pudo y tuvo opciones de golpear todavía más a su contrincante, la sensación que dejó en muchos que vieron el debate es que el candidato de la centroizquierda fue blando y muy calmado a la hora de enfrentar a Piñera. Por otro lado, otros sostienen que esa impronta es valorada frente a los atropellos del candidato opositor.
El carácter y tono usado por Piñera en esta última parte de la campaña quedó de manifiesto cuando interpeló a Guillier diciéndole que estaba “vendiendo humo”, con su programa de gobierno al cuestionar las cifras de su implementación.
“Si alguien ha demostrado cómo hacer crecer la economía y crear empleos somos nosotros. Si alguien ha demostrado como destruir la economía y los empleos es la Nueva Mayoría”, aseguró el abanderado de Chile Vamos, en alusión al sector que apoya a Guillier y a la gestión de Bachelet. “Eso en política se llama demagogia”, respondió Guillier.
Luego que se apagaran las luces del set y los candidatos se dieran la mano, vino el análisis de los expertos, y donde, por supuesto, cada comando dio por vencedor a su carta. La cientista política y académica de la Universidad de Valparaíso, Javiera Arce, aseguró en EMOL que “ninguno de los dos candidatos fue bueno para contestar lo que se les preguntaba y eso suele ser muy molesto. Van a tener que mejorar sus mensajes comunicacionales porque necesitamos mensajes claros y directos”.
Por su parte, el director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca, Mauricio Morales, señaló a 24 Horas que “cuando hay un debate entre un sordo y un gritón, créanme que el que sale perdiendo es la gente que está escuchando”. A su vez, el director del programa de Opinión Pública de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Müller, sostuvo que Piñera “partió muy contenido, con una premisa de no equivocarse… tiene una ventaja en el contenido, pero la forma nunca ha sido su fuerte. Le costó encontrar el tono, pero al final lo hizo”.
Desde la perspectiva de Müller, Guillier “tiene una forma de contestar que es muy larga, se va mucho por las ramas. Se le vio en los temas clave como pisando huevo, como que le costaba definirse”, comentó.
En tanto, Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la derechista Universidad del Desarrollo, señaló que Piñera fue el ganador.
“Me parece que la diferencia entre ambos puede expresarse como la que existe entre lo orgánico y mecánico. Siendo Piñera mucho más orgánico que Guillier, quien se ve muy ajustado a un formato, evitando contestar y recurriendo a extensas respuestas de lo que haría (…) En general Guillier muestra poca capacidad de improvisación. E incluso se le ve algo confuso. Piñera presenta mejor desempeño escénico”, aseguró en T13.
“La seguridad de manejar los datos y conocer en detalle las medidas le da ventaja a Piñera. Incluso parecía que conocía mejor el programa de Guillier que él mismo”, dijo.
El académico y director de la Escuela de Publicidad de la UDP, Cristián Leporati, difiere. “Hubo un punto de quiebre” al iniciar el debate sobre los temas previsionales… Ahí empieza a aparecer el candidato más natural, en lo que efectivamente él cree. Y justo ahí empieza un ataque permanente de Piñera al gobierno de Bachelet, y de esa forma interpelar a Guillier, lo que no es una buena medida, porque comenzó a verse un candidato más agresivo, más lejano, no empezó a responder. De esa manera creo que terminó mucho más espontáneo Guillier. Es por ello que me atrevo a decir que Guillier ganó a Piñera”, señala.
Agrega que la mención a los cambios en el sistema previsional fue lo mejor de Guillier. “Él se suelta e interpela a Piñera, y le hace ver que lo que plantea, el trabajo a los 70 años, es una utopía. Creo que ahí aparece lo mejor de Guillier, con un cierre interesante y una mirada de futuro. Acá hay un candidato muy táctico, muy de economista, y también un candidato que intentaba ir un poco más allá de la contingencia”.
Morales agrega que Guillier “señaló que ningún peso adicional iba para las AFP (Administradoras de fondos de pensiones) y que señaló que Piñera vivía en otro mundo si creía que podían contratar a una persona de 70 años, en el marco de la discusión del incremento de la edad jubilatoria”.
En tanto, para los analistas los mejores momentos de Piñera fueron “los primeros 20 minutos, en que responde rápido, acotado, escucha a los periodistas y responde lo que le preguntan. Por el contrario, en esos mismos minutos vemos a Guillier que se pasa, se pone nervioso”, dice Leporati.
Mientras que Morales, sostiene que “naturalmente, fue la discusión sobre economía, en dos dimensiones. la primera, cuando dijo que había recibido un país en recesión, y la segunda cuando criticó el programa de Guillier, señalando que valía 40 mil y no 10 mil millones de dólares. Además, Guillier no fue capaz de responder a ese emplazamiento”.
Este domingo será el ballottage en Chile. La mayoría de los ciudadanos que irá a votar ya tiene claro su preferencia, el debate de la noche del lunes sirvió para captar algún voto indeciso o para alejar de las urnas a quienes no se ven representados por un gobierno de derecha u otro continuador del legado de la Nueva Mayoría o de Michelle Bachelet, para nada más.
Será una contienda reñida, de eso no hay dudas, se habla, incluso, de un empate técnico en las encuestas. La pregunta es ¿Se impondrá el candidato que asegura que no todas las segundas partes son malas? o el que dice ¿caballo pillado, caballo pasado? Esto sin considerar una tercera fuerza en disputa: la abstención que puede ser una invitada no muy querida en las urnas.