Tal como había solicitado la familia de Santiago Maldonado, el juez federal Gustavo Lleral volvió ayer al lugar donde fue hallado el cuerpo sin vida del joven, el 17 de octubre, a siete metros de la orilla en el río Chubut, en territorio recuperado por la comunidad mapuche Resistencia de Cushamen. El juez comprobó que donde el suboficial Rodolfo Altamirano encontró el cuerpo hay un pozo, pero sigue sin aparecer la mochila, donde Santiago tenía su celular y otras pertenencias. El objetivo del procedimiento fue determinar las características del lecho del río, algo que no se había concretado hace 56 días, así como también verificar si en ese lugar estaba el morral del joven tatuador que desapareció el 1 de agosto mientras Gendarmería reprimía a tiros a los mapuches que reclamaban por la libertad de su lonko preso, Facundo Jones Huala, y a quienes él había ido a apoyar en el corte de ruta de esa madrugada. La familia Maldonado había exigido volver al lugar al día siguiente del hallazgo porque la aparición de cuerpo flotando luego de 78 días les generó la sospecha de que pudiera haber sido plantado, algo que también dijeron los voceros de la comunidad.
Para develar esas dudas ayer fueron realizados peritajes que no se hicieron en el momento que encontraron el cuerpo porque, según adujeron los buzos de Prefectura y los policías de Criminalística de la Federal, hubo una agresión con piedras por parte de los mapuches. Sin embargo, eso sucedió recién a las 21, cuando ya se retiraban, y porque en el lugar aparecieron los funcionarios macristas Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos, y Gonzalo Cané, de relaciones con los Poderes, ambos del Ministerio de Seguridad. Según pudo saber PáginaI12, ayer no hubo conflicto alguno, no se encontró nada en el lecho del río y se comprobó que en la zona de hallazgo del cuerpo hay un pozo que tendría entre 1,80 y 2,10 metros. Los integrantes de Prefectura que participaron del operativo del 17 de octubre, cuando apareció el cuerpo, habían declarado que la profundidad no superaba 1,40 metro, que el agua era cristalina, que por ahí ya habían buscado en los anteriores procedimientos y que no había pozos, de esos que sí hay en otros tramos del río. Así lo dijo ante el juez el responsable del procedimiento, Leandro Ruata. En tanto, Juan Carlos Mussin, declaró que la profundidad del río no superaba 1,5 metro en agosto, que no había pozones en la zona donde se lo vio con vida a Santiago y que tampoco había grandes correntadas. Algunos de ellos sí habían dicho que no hacían pie donde encontraron el cadáver de Santiago, ni siquiera parándose con la punta de las patas de rana. Sin embargo, Sergio Maldonado le dijo a este diario que cuando vio los videos los buzos disponían con total libertad de ambos brazos, como si estuvieran haciendo pie. Ayer los buzos precisaron que el fondo contiene una “trampa” de raíces y ramas de sauces, en la que habría caído Maldonado por el peso de sus ropas mojadas y el frío que le impedía mover sus extremidades.
El juez federal Gustavo Lleral encabezó la inspección judicial que comenzó en la Pu Lof en Resistencia a las 6.30 y terminó al mediodía. Estuvo acompañado por policía científica, buzos, bomberos voluntarios de Trelew y antropólogos forenses. Fueron tomadas muestras del agua, sedimento, lecho, barro de la orilla y ramas. Y desde el ingreso de la comunidad hasta la orilla se hicieron fotos y videos, además de una planimetría. La comitiva –que estuvo integrada también por Germán Maldonado, hermano de Santiago, y miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense– fue recibida por mujeres integrantes del Pu Lof que abrieron la tranquera y, al finalizar, firmaron el acta.
Las dudas sobre el hallazgo del cuerpo no le caben sólo a la familia. Liliana Alanis, abogada querellante por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, sostuvo que “se hicieron siete rastrillajes y las sospechas deben ser comprensibles”. La letrada enfatizó que “hay que encontrar a los responsables intelectuales, los responsables políticos y, por supuesto, debe declarar Pablo Noceti” (jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad). Señaló las dificultades que aún persisten para acceder a los celulares que utilizó el funcionario ese día.