Jonathan Navarro veía cada miércoles en la tele cómo les pegaban a los jubilados en las movilizaciones y se amargaba. Su papá, de 62 años, un exencargado de edificio que ya no puede trabajar como consecuencia de la discapacidad que le quedó por un ACV, le dijo que había gastado 100.000 pesos en medicamentos, lo que duplicó su angustia. El fin de semana previo a la protesta del 12 de marzo le llegó