Charlie Cole tiene el mismo superpoder que ostentaba el Cristopher Walken en Escape Salvaje. Aunque a diferencia de Vincenzo Cocotti, la protagonista de Poker Face (la segunda temporada se estrena el 9 de mayo por Universal+) no presume de su habilidad. Para este “polígrafo humano”, detectar una farsa se ha vuelto un boleto de supervivencia y estigma que lo tiene vagando de aquí para allá. La exitosa serie está hecha para el lucimiento de Natasha Lyonne (Orange Is the New Black, Muñeca rusa) con su inconfundible carraspera y garbo borrachín. “La idea no era desarrollar una mitología más grande ni ver cómo Charlie profundizaba en su arco argumental. La idea es simple: ‘Hagamos episodios realmente geniales y probemos algo diferente en cada uno’. Así que cada vez que aparecen los créditos al principio, el espectador no sabrá qué va a encontrar” adelantó su creador, Rian Johnson (Entre navajas y secretos).

Aquí, el amante de los misterios desanda un subgénero propio de los viejos seriales televisivos como Columbo. Natasha se suma al club de detectives carismáticos, con ropa, auto -un Plymouth Barracuda- y un latiguillo propio. Otro elemento que recupera Johnson es el de las estrellas invitadas por episodio. En esta ocasión aparecen los nombres de Cynthia Erivo, John Mulaney, Giancarlo Esposito, Katie Holmes y Melanie Lynskey, entre otros. Al caso de la semana, Poker Face le añade la estructura detectivesca invertida: el quid aquí no es descubrir a la mente detrás del asesinato, lo cual se sabe desde el comienzo, sino cómo es que Charlie pesca el entuerto. Solo resta que exclame “¡lleno de mierda!” cada vez que eso suceda para deleite de la audiencia.