Desde el inicio, hace diez años, de su primera campaña presidencial, Donald Trump se ha presentado incesantemente como un ganador, el único hombre en el mundo que tenía el temperamento para hacer que Estados Unidos Volviera A Ser Grande (Make America Great Again).
Entre muchos ejemplos posibles de esta obsesión por el éxito, se encuentran sus palabras ante una multitud enfervorecida en Albany, Nuev