En un plenario de comisiones cargado de tensión, discusiones, trifulcas y discursos encendidos de oficialistas y opositores, Cambiemos logró en Diputados dictamen favorable a la reforma previsional que el Gobierno pactó con los gobernadores peronistas y que podará entre 75 mil y 100 mil millones de pesos anuales (según las distintas estimaciones de los expertos) a jubilados, pensionados, discapacitados, asignaciones familiares, beneficiarios de las asignaciones universales por hijo y embarazo, para tapar agujeros financieros de la administración central y las provincias. La oposición terminó por unificar un dictamen de rechazo entre el FpV-PJ, el Frente Renovador y los puntanos de Compromiso Federal a los que se sumarían el Movimiento Evita, el FIT y Libres del Sur a los que el oficialismo excluyó de las comisiones de Presupuesto y Previsión Social. Los diputados del interbloque Argentina Federal, que responden a los gobernadores peronistas, casi no participaron del plenario y se reunieron en la búsqueda infructuosa de unificar posiciones. En Cambiemos evaluaban ayer adelantar la sesión para este jueves con el objetivo de evitar tratar la reforma previsional en medio de una marcha de protesta que convocarían sectores sindicales, sociales y políticos para el 19 de diciembre (ver página 2).
Cambiemos apostó a un trámite súper exprés, aunque no logró esquivar las voces de protesta que había borrado del debate. Mientras el ex menemista y ahora macrista Eduardo Amadeo era ungido presidente de la comisión de Previsión Social –donde a pesar que el oficialismo que no tiene mayoría absoluta en la Cámara se adjudicó 16 asientos de los 31 que la integran–, diputados de distintos bloques, dirigentes sindicales, jubilados y personas con discapacidad pugnaban por vencer el último piquete del personal de seguridad de la Cámara baja para subir el último piso y acceder a la sala más grande del Anexo C de Diputados.
Ahí ya estaban los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, que serían los únicos oradores en defensa del proyecto oficial. No habría otros, más allá que los diputados que intervinieron. Triaca comenzó su disertación apoyado por un powerpoint con un primer paño titulado “sustentabilidad previsional” con la firma de su ministerio y Presidencia de la Nación. Un numeroso grupo de jubilados y trabajadores de distintos gremios comenzaron a abuchearlo. “Es lo que votó el pueblo argentino unos meses atrás”, replicó el ministro y reprochó “el desprecio por los valores democráticos”. La respuesta enardeció a la gente que levantó el tono: “atorrante”, “ladrón”, “traidor”, le gritaron. Triaca no pudo continuar y un grupo de trabajadores identificado con el Apops (el gremio de la Anses) que reclamaban participación en la discusión se cruzaron con la seguridad de la Cámara. El jefe del bloque del FpV-PJ, Agustín Rossi, en una demostración de buen estado físico, saltó una mesa para interponerse entre los dos grupos y frenar la pelea.
Amadeo paralizó el plenario con un cuarto intermedio en busca de reordenar la reunión con los distintos jefes de bancada. Allí se acordó también darle la palabra a representantes de trabajadores y especialistas previsionales. Triaca dejó de lado el powerpoint y culminó su exposición repitiendo el discurso oficial sobre las bondades del proyecto, cuestionó la fórmula actual para al cálculo de los haberes jubilatorios y exaltó el “acuerdo del Gobierno con los gobernadores y los bloques del Senado”. Los gritos no se acallaron.
El bancario Sergio Palazzo advirtió sobre la inconstitucionalidad de la retroactividad de la ley y que no se trataba de “un ahorro para el Estado sino una transferencia de recursos desde los sectores más vulnerables a favor de poderosos empresarios que dejan de pagar impuestos”. “Son un Robin Hood al revés: le roban a los mas pobres para dárselo a los mas ricos”, sentenció. Leonardo Fabre, de Apops, sostuvo que “es una reforma vergonzosa que desfinancia deliberadamente a la Anses que como en los ‘90 aplican las recetas del FMI y privatizar el sistema previsional”. “Ustedes quieren cumplir solo con los extranjeros. No nos vamos a olvidar lo que firmen hoy”, sentenció.
“Es una gran estafa al pueblo argentino”, dijo Sonia Alesso, de Ctera, y advirtió que esta política previsional y económica termina como en 2001, con “maestros sin cobrar en las provincias, bonos y cuasimonedas para pagar los intereses de la deuda externa hambreando a nuestro pueblo y los trabajadores”. Carlos Ortega, de la Anses, consideró que el Fondo de Garantías de Sutentabilidad de la Anses creció geométricamente pagándole a los jubilados lo que les tenía que pagar” y que “con esta ley estamos en bancarrota”.
“Es un plan de ajuste terrible de Macri sobre los sectores más vulnerables que son los niños y los jubilados” y que “las cajas de jubilaciones provinciales también estarán afectadas por la ley de reparación histórica”, dijo el abogado previsionalista Cristian D’Alessandro. El también previsonalista Miguel Fernández Pastor sostuvo que la ley “inconstitucional” no solo afecta los ingresos de jubilados y pensionados sino también “el cálculo a la baja de los haberes de los futuros jubilados en un 20 por ciento”.
Dujovne no pudo responderle al diputado José Luis Gioja cuánto calculaba que perderían los jubilados. “Es imposible calcular con la fórmula anterior porque el kirchnerismo mentía con las cifras del Indec”, le retrucó. Los abucheos se incrementaron. El jefe de los diputados PRO, Nicolás Massot, hizo un encendido discurso contra el kirchnerismo, casi provocador, pero no dedicó una sola palabra a la defensa del proyecto.
La diputada massista Mirta Tundis rechazó el proyecto oficial, al que asoció a “la mentira” de la reparación histórica. El diputado de Unidad Ciudadana Leopoldo Moreau también le dedicó un párrafo de un discurso extenso y muy aplaudido, a la reparación histórica: “sirvió solo para que en la lista de los amigos del Gobierno y familiares del Presidente blanquearan, que solo exteriorizaron pero no trajeron al país, tres mil millones de pesos que tenían en paraísos fiscales”.
Victoria Donda, de Libres del Sur, reclamó que no se firmara el dictamen propuesto por Cambiemos mientras hablaban los diputados opositores. Amadeo lo desestimó. Ya había cumplido su objetivo: el dictamen del oficialismo cosechó 40 firmas sobre los 80 integrantes de las comisiones de Presupuesto y de Previsión Social. A los diputados de Cambiemos (PRO, UCR y CC) sumó el de la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo (Frente Cívico) y cinco miembros del interbloque Argentina Federal: el tucumano José “Mellizo” Orellana, el misionero Jorge Franco, los cordobeses Paulo Cassinerio y Martín Llaryora, y el chaqueño Juan Mosqueda, el único presente del Bloque Justicialista.
La oposición entonces unificó sus dictámenes de rechazo en los proyectos de la massista Tundis y Luana Volnovich (FpV-PJ), que acompañará el grueso de la oposición en el recinto, donde prometen dar batalla.
En Cambiemos evaluaban anoche si confirmaban que contarían con los votos suficientes, cambiarían la estrategia y convocarían a una sesión este jueves para tratar la reforma previsional. Quieren evitar que la sesión ómnibus del 19 y 20 de diciembre se tope con una masiva marcha que organizaciones de trabajadores, organizaciones sociales y jubilados preparan para esa fecha.