El ministro de la Corte Suprema Horacio Rosatti reconoció que existe un problema de "pérdida de representatividad" en el Poder Judicial y avaló la necesidad de "hacer cambios profundos", entre los que destacó "la participación del pueblo en la toma de decisiones". El integrante del máximo tribunal cuestionó además la politización de la Justicia y sostuvo que un juez "eventualmente es tan influenciable como un ama de casa".
En una de sus pocas entrevistas desde que llegó este año a la Corte Suprema, Rossatti sostuvo que la crisis de representatividad que atraviesa el Poder Judicial --como ocurrió de forma más marcada en 2001 con los poderes Ejecutivo y Legislativo-- es posible de resolver con "autoridad moral" de quienes propongan los cambios. "La Corte más que un rol judicial --que es muy importante, porque es rectora del resto de los tribunales-- tiene que tener un gran liderazgo moral; porque si no es muy difícil estructurar cambios", aseguró.
Entre los cambios, Rosatti subrayó la necesidad de avanzar en la implementación de los juicios por jurado —vigentes en Buenos Aires, Córdoba y Neuquén-- ya que es "un mandato de la Constitución Nacional que no ha sido implementado". "Esa es la verdadera democratización de la Justicia: la participación del pueblo en la toma de decisiones. Y además, que el pueblo vea también lo difícil que es juzgar, no es sencillo", resaltó.
El magistrado descartó que las presiones externas puedan perjudicar ese tipo de procesos. Aseguró que "el juez sale de la sociedad. Y eventualmente es tan influenciable como un ama de casa". Por otro lado, se mostró crítico frente al rol de los jueces federales: "Los últimos años revelan que muchas veces frente a la eventual comisión de delitos, sobre todo contra la administración pública y de funcionarios públicos, los jueces han tenido una respuesta, para decirlo buenamente, tardía".
Rosatti sostuvo que la Corte debe asumir "los grandes temas, los que realmente les importan a la gente" para no ser tanto "un tribunal de tercera instancia para temas demasiado puntuales, sino un verdadero tribunal de garantías constitucionales". En ese sentido, criticó que "se les tira a los jueces cuestiones que debe resolver la política", lo que "hace que se amplíe el número de causas y se disminuya el ritmo de las decisiones".
"La política es como el pintor de brocha gorda; a lo mejor uno no puede pedirle extrema prolijidad, pero después el juez puede emprolijar en los casos particulares. Lo que no se puede es darle la brocha al juez, para que resuelva un tema que debe ser debatido y resuelto en la sociedad", señaló en una entrevista publicada en el diario santafecino El Litoral.
Además, respecto de las demoras del Poder Judicial el magistrado recordó que "la Corte emite 10 mil fallos por año" y "también es cierto que hay muchos juzgados sin cubrir". "Entre el 25 y el 28 por ciento no tienen titular, porque no se ha terminado el proceso de selección. Eso supone que un juez tiene que hacerse cargo de más de un tribunal", indicó y señaló: "Debería haber un sistema más ágil de cobertura con suplentes".