Desde San Pablo, Brasil
Como parte de las actividades paralelas de la programación de la quinta edición de la Semana Internacional de la Música de São Paulo (SIM SP), entre el jueves 7 y el sábado 9 de diciembre se realizó la Muestra Internacional de Música Instrumental (MIMI). “Al menos en Brasil, no conozco ningún festival similar”, asegura Juliana Periscinotto, productora del evento junto a Amanda Souza. “Para ser la primera edición, la respuesta del público fue muy buena. La idea del SIM era crear su brazo instrumental a través de noches enfocadas exclusivamente en una propuesta que a veces no tiene la atención que merece dentro del mundo de la música.”
Si bien al momento de hablar de estilos instrumentales las referencias que saltan a la luz son la música clásica y el jazz, los organizadores del MIMI incluyeron en este capítulo inaugural a la electrónica y a estéticas sonoras que flirteaban con la impronta del rock, amén de expresiones de un lenguaje más moderno del jazz. “Intentamos diversificar lo más que pudimos. Por eso invitamos a artistas del Reino Unido, Francia y de diferentes partes de Brasil”, argumentan.
Las tres jornadas del festival fueron albergadas por Jazz nos Fundos, una de las salas referenciales no sólo del jazz paulista sino también de la música popular con arrebatos modernos. Al punto de que este año recibió a la dupla argentina de cumbia digital Faauna. Ubicado en el barrio de Pinheiros, en la Región Oeste de San Pablo, este foro de estética bien under (su fachada incluso asemeja a la de un estacionamiento o un depósito) tuvo en su escenario principal, situado apenas se ingresa, a las propuestas más cercanas a los estándares del jazz. Mientras que el espacio que se encuentra en el subsuelo sirvió de vitrina para los proyectos de claro perfil experimental.
Una vez que concluían las charlas, que se llevaban a cabo entre mitad de tarde y el comienzos de la noche, y de la que destacaron tópicos como el “Análisis de los festivales internacionales relevantes para la música instrumental”, el “Jazz en São Paulo” o “Europa x LATAM”, cuya intención era analizar el escenario de la música instrumental en ambas orillas del Atlántico, largaban los shows.
De los cuatro artistas que se presentaban en cada fecha, el jueves sobresalió Amaro Freitas. Con 26 años y un radio de influencia que oscila entre Gonzalo Rubalcaba y Kamasi Washington, el pianista pernambucano es uno de los enfant terribles del jazz brasileño por su abordaje desfachatado del género. El viernes destacaron el cuarteto comandado por el baterista británico Yussef Dayes, dueño de un sonido que redime el jazz funk de los ‘70, y la saxofonista Nubya García, partícipe del resurgir de la escena jazzera de Londres a través del cultivo del jazz progresivo y el hip hop.
Esa noche, la fiesta la puso el dúo francés de selectors Acid Arab, que el sábado se presentará en el festival BUE, con un heraldo musical árabe que va del raï argelino a la psicodelia turca. Y ya durante el cierre del MIMI, la terna de curadores acertó en la confección de un programa netamente brasileño del que se desprendieron el guitarrista párense Lucas Estrela, novel icono del tecnobrega, y el grupo paulista Aeromoças e Tenistas Rusas (ATR), que rompe con el estereotipo de la música de ese país para demostrar que el futuro ya llegó.