Milton Martínez recién llega a Argentina. Si bien es oriundo de Mar del Plata, como toda su familia, su profesión lo llevó a instalarse en California. Ahora acaba de dejar su casa de Long Beach para venir a visitarlos y de paso traer a su hija, que vive en Brasil, a pasar las fiestas con ellos. Pero pese a que su intención era pasar un mes tranquilo, diferentes obligaciones laborales le hicieron cambiar los planes: “Tengo que filmar, hacer una parte en poco tiempo. Voy a hacer lo que pueda y si no llego voy a tener que volver más adelante, pero la idea es terminarlo, sacármelo de encima y seguir con mi otro proyecto.”
El trabajo de Martínez consiste en andar en skate y filmar. El skateboarding es una forma de expresión efímera: la única manera de volver a ver las pruebas que los skaters profesionales hacen en lugares remotos es mediante alguna forma de registro, puede ser en foto o video. Y en los últimos años, la transformación de la industria del video llevó también a un cambio en la forma de registro del skate profesional, uno de los ámbitos dónde la aparición de Instagram afectó con más fuerza el modelo de negocios.
Mientras que hasta entonces el video en DVD era la forma más común de difundir el skate, la irrupción de esta aplicación trastocó el negocio. Los videos tendieron a desaparecer y convertirse en clips de algunos segundos y muchas marcas pasaron a pedirles a sus corredores grabar en ese formato en vez de en los videos tradicionales. “Me siento agradecido de que las marcas con las que estoy sigan en la esencia de lo que verdaderamente es el skate; la gente con la que trato en las marcas son skaters, gente que salía en la tapa de la Thrasher antes de que yo empezara a andar en skate.”
La revista Thrasher es una institución dentro del mundo del skate y el medio más importante de su industria. Salir en ella es sinónimo de consagración. Así fue cómo Milton irrumpió en la escena norteamericana y se convirtió en parte del elenco estable. En 2012, un clip de apenas 26 segundos le alcanzó para ubicarse dentro de la élite. Bajo el título de “Magnified”, la revista publicó en su web una prueba que dejó a más de uno sin aliento. En ella, Milton encaraba una escalera inmensa, de veintidós escalones, y le clavaba un tímido backside 180º. En ese mismo spot, leyendas de este deporte no pudieron bajar siquiera un humilde ollie, la prueba más básica del skate, consistente sencillamente en saltar mientras la tabla acompaña el movimiento.
De ahí en más, la carrera del marplatense fue en ascenso. Pasó a formar parte de los equipos de Creature, Volcom e Independent, marcas históricas dentro del mundo del skateboarding. Pero no todo fue fácil. El año pasado, mientras grababa la última prueba para su parte en un video de Volcom, tuvo un accidente que le sacó el pié del lugar y le fracturó la fíbula.
Una operación y siete clavos después, Milton estuvo listo para volver a la calle: “Fue un proceso recuperarse. Mentalmente es la parte más difícil, encima me mudé a Estados Unidos y a la semana me pasó eso. Y el dolor también, porque duele. Pero yo sabía que me iba a recuperar.” Pese al traspié, su determinación mental fue clave para no dejarse vencer. El material que Martinez sacó este año es testimonio de que esa lesión lo hizo más fuerte.
“Mi sueño era entrar a una marca de tablas buenas y tener un Pro Model. Y logrando eso después de la mano podía venir vivir en Estados Unidos, o capaz que no. Pero mi idea era poder vivir del skate lo más que pudiera y hacerla lo que mejor pudiera en el mundo del skate, porque es lo que amo hacer”, recuerda. Este año, el sueño que lo impulsó desde chico se hizo realidad. A sus 25 años llegó a eso a lo que sólo una fracción minúscula de los skaters del planeta puede acceder: tener un modelo de tabla propia. En junio, Creature presentó el modelo de Milton. Para ponerlo en perspectiva, es un logro similar al de jugar en un equipo de la NBA.
El objetivo de Milton después de la lesión fue dedicarles todo el tiempo posible a tres cosas: andar en skate, viajar en algún tour y filmar. Los tours son la clave para conocer a otros profesionales, estrechar lazos con mánagers de distintos equipos y conocer filmadores. El material que se graba en video permite a los profesionales mostrarse, darse a conocer y mantenerse vigentes. Así que Milton se propuso recuperar el tiempo perdido. “Es la mejor forma de moverse”, asegura. “Pensé: este año voy a hacer lo máximo que pueda, voy a viajar a todos lados, voy a filmar en todos lados para estar presente, y que se vea lo que hago’.”
Milton piensa, vive y respira skate. Su acceso privilegiado al mundo de la patineta está conectado con su origen. Su papa, Tatú Martínez, es un mítico skater vieja escuela de Mar del Plata. Como contó en más de una ocasión Milton, en su casa no se veía fútbol, se andaba en skate. Tatú, además de pionero de la práctica, es dueño de uno de los locales más tradicionales del ramo en Marpla. Y la herencia deportiva de los Martínez no sólo llega a Milton, sino que también alcanzó a Ezequiel y a Manuel, sus dos hermanos.
Además de reencontrarlos para las fiestas, Milton aprovechará su estadía en el país para cumplir con algunas cuestiones laborales. El pasado fin de semana presentó oficialmente su Pro Model en una demo en el skatepark de Nordelta. También estuvo filmando material para la filial local de Converse, otra de las marcas que lo auspician. Pese a todas esas obligaciones, Martínez no lo siente como un trabajo. “Este es un laburo que no siento como tal y que me encanta. Las únicas presiones que me pongo son mentales, no en cuanto a que si no hago algo me van a echar. Eso nunca. Si te echan de una marca no es el fin de nada. El sentimiento del skate no pasa por ese lado, es otra cosa. Por eso si no tuviera sponsors seguiría andando.”
Por último, Martínez habla sobre la realidad del skate en Argentina, y cómo lo ve desde la distancia. “En cuanto al nivel de cómo andan los pibes es increíble, cada vez mejor. Después me parece que le están dando mucha importancia a cosas que no le tendrían que dar tanta, como las olimpiadas y campeonatos, pero cada uno se enrosca en lo que quiere. Veo que los pibes la destrozan, les aconsejaría que viajen lo más que puedan y que disfruten de andar en skate y conocer otros países”, aporta.
Y sobre la movida en general, opina que “tiene que evolucionar”, que “va en buen camino” y que “siempre hubo una cultura del skate buenísima” en Argentina. “Lo que pasa es que a veces se siente que se está perdiendo un poquito la esencia con todo esto de olimpiadas e Instagram y tantas cosas, pero bueno, qué se yo, la esencia la llevamos dentro, cada uno como skater sabe lo que es el skate. Lo otro va y viene. Está todo bien.”
Una y otra vez, Milton hace hincapié en los mismos temas. La esencia del skate. Para el filósofo griego Platón, la palabra esencia era sinónimo de arquetipo, el modelo original a partir del cual las demás cosas tomaban forma: en ese idioma, arquetipo es una conjunción entre arjé (fuente, origen) y tipos (modelo). Este joven marplatense representa las dos cosas. Por un lado la fuente del skate, su naturaleza original. Por el otro un modelo a seguir, un ejemplo de cómo hacer las cosas. Así, en definitiva, Milton Martínez es el arquetipo del skater.