Este domingo se definirá en ballotage el nuevo presidente de Chile: Sebastián Piñera, el candidato de la derecha que ganó en primera vuelta y es favorito en las encuestas, o el centroizquierdista Alejandro Guillier. Para el grupo de cumbia mestiza SantaFeria, que el mes pasado tocó por primera vez en Argentina, no hay grises: “Piñera se presenta como abuelito bueno pero es el demonio, es un verdadero diablillo”, coinciden los hermanos González, Alonso y Rodrigo (o Pollo y Cogollo), fundadores de esta banda estandarte de la nueva cumbia chilena.
“Don Satán, te queremos ver cuando los locos nos tomemos el poder. Don Satán, qué risa que me da ver tu circo ruso solito se va a quemar”, dice la letra de Don Satán, de su álbum Le traigo cumbia (2011), el tema que SantaFeria le dedicó al ex presidente para dejarle en claro cuánto lo aprecia. Y el grupo tiene otros tres discos editados, en los que también suman ska, reggae, salsa, rock y ritmos andinos. Lo curioso es la influencia de la cumbia villera argentina, en especial Metaguacha, del cantante Traiko Pinuer, nacido en Chile y exiliado en Argentina durante la dictadura de Augusto Pinochet. Los hermanos González ya se habían enganchado con la cumbia argenta cuando a Alonso le pasaron un casete de Damas Gratis en el colegio, pero el mundo musical se les expandió cuando escucharon Metaguacha.
Mientras otras bandas imitaban el formato de las sonoras, muy populares en Chile, los SantaFeria se enamoraron de la cadencia espesa y ralentizada de Pablo Lescano y Traiko, de quien se hicieron amigos hace poco –Lucas, hijo de Traiko, hizo percusión en ese show en el Abrazo Cumbiero del C.C. Matienzo–. “Las violas suenan mucho a las de Metaguacha, bien para atrás”, explica Rodrigo.
En sus últimos discos, la cumbia se fue mezclando con lo andino y ritmos más fiesteros y punkosos del carnaval norteño, como caporales y tinkus. Crecieron en convocatoria, se la pasan girando desde Iquique hasta la Región de Magallanes y el establishment rockero los terminó aceptando de mala gana. En enero cerraron la Cumbre del Rock, festejando sus diez años ante 15 mil personas en el Movistar Arena, el principal microestadio techado de Santiago, y estarán en el Lollapalooza santiaguino de 2018. Mientras, este combo andino-villero mantiene una sana actitud punk, como cuando casi los echan a patadas de un estudio de TV por hacer evidente el playback al usar la guitarra al revés. “Estamos aprendiendo a filtrar”, avisa Rodrigo. Pero así, sin filtro, sale bastante bien.