Es innegable que títulos como “Tristán” o “Desorden y dolor” no alcanzan la dimensión de La montaña mágina o Los Buddenbrook, por citar dos de las novelas más ambiciosas de Thomas Mann. Pero el escritor alemán incursionó, durante toda su vida literaria, en el cuento y en la nouvelle. El flamante libro Cuentos selectos, publicado por Edhasa, viene a iluminar este aspecto no tan conocido de la narrativa de Mann. Desde “Luisita”, escrito en 1900, hasta “La engañada” (de 1953), el itinerario del autor se manifiesta en siete relatos que se nutren tanto de su vida privada como de los sucesos sociales y políticos de la época. Como dice Hugo Beccacece en la introducción, “el divorcio entre la vida y el pensamiento, entre la naturalidad y la reflexión aparece en la trama de las obras de Mann. Aparece sobre todo en las novelas, casi como una metáfora traicionera, cuando busca articular esos dos aspectos en la estructura mezclando los géneros literarios, la narración (la vida) y el ensayo (el pensamiento).  Quizá por eso, los cuentos y nouvelles de Mann, en los que no pretende abarcar el mundo y teorizar sobre él,  sean lo más logrado de su   producción”.