El desempleo se ubicó en 8,3 por ciento en el tercer trimestre del año. El guarismo representa una reducción marginal frente al mismo período de 2016 cuando la desocupación había marcado 8,5 por ciento. Los datos también muestran una leve mejoría contra el trimestre anterior, cuando llegó a 8,7 por ciento. Aunque el nivel de actividad registra una incipiente reactivación frente a la recesión del año pasado, la mejora estadística no responde a un relanzamiento del universo laboral. El propio informe difundido ayer por el Indec reconoce que las cifras no presentan cambios ya que la diferencia de 0,2 puntos porcentuales está contenida en el margen de error del relevamiento. Los datos reflejan, en cambio, la detención del proceso de destrucción de empleo registrado el año pasado, pero la tasa de desempleo se mantiene significativamente por encima de la observada antes del recambio presidencial. Durante el tercer trimestre de 2015 la medición marcó un 5,9 por ciento, el nivel más bajo en 28 años.
La proyección de las cifras del Indec a la totalidad del país arroja que alrededor de 1.322.500 personas estuvieron desempleados entre julio y septiembre. Esa estimación representa 14 mil desocupados menos que el mismo período de 2016 y 436 mil individuos sin empleo más que los informados en 2015. Los datos del organismo que conduce Jorge Todesca muestran que los niveles de subocupación ascendieron en el tercer trimestre a 10,8 por ciento, una suba de 0,6 puntos frente al mismo período del año anterior. Las personas que por causas involuntarias trabajaron menos de 35 horas semanales ascendieron hasta los 1.725.000. Con esas cifras los problemas de empleo -desocupación y subocupación- alcanzaron a más de 3 millones de personas a nivel país.
La rebaja en el nivel de desempleo estuvo acompañada por tímidos aumentos en las tasas de actividad y empleo que exponen el escaso impacto de la reactivación económica sobre la esfera laboral. Así, los registros muestran que se frenó el avance del factor desaliento observado en los últimos trimestres. El número de individuos activos -tienen o buscan trabajo- sobre toda la población pasó de 46,0 a 46,3 por ciento en un año. El nivel de empleo, los ocupados en relación a la población total, pasó de 42,1 a 42,4.
“Los resultados del tercer trimestre presentan incrementos en la actividad y el empleo con relación al trimestre anterior. El informe oficial advierte que “comparando con el mismo trimestre del año anterior para el total de aglomerados, no se presentan diferencias en ninguno de los indicadores mencionados”. Los datos mostraron a su vez un incremento en los niveles de ocupación demandante de empleo. La población ocupada que busca activamente otro puesto pasó de 14,2 a 15,4 por ciento.
La información desagregada mostró que la desocupación en el conurbano alcanzó a 10,3 por ciento, lo que representa una rebaja de 0,3 puntos frente al mismo período del año pasado. Fue el único territorio relevado por el Indec que se ubicó en los dos dígitos ya que los guarismos oficiales para Mar del Plata retrocedieron de 12,1 a 9,0 por ciento en un año. Los datos para San Juan pasaron de 4,8 a 9,0 por ciento. Las cifras, explica el informe, “se encuentran observadas” ya que se “han detectado falencias en el proceso de captura de la información”. En Gran Rosario y Gran Córdoba la desocupación mostró mejoras ya que en el territorio santafesino bajó de 9,3 a 8,4 por ciento y en la provincia serrana pasó de 9,8 a 9,1 por ciento. En la Ciudad de Buenos Aires el desempleo cedió de 7,9 a 7,3.
Los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que permiten rastrear el desempeño del empleo registrado –una porción de los datos relevados en la Encuesta Permanente de Hogares– permiten identificar las transformaciones experimentadas en la estructura laboral desde que asumió Mauricio Macri. Esos datos muestran cómo la destrucción de puestos de trabajo en actividades bien remuneradas es compensada por la creación de posiciones inestables con ingresos bajos.