Los consejos regionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se pararon de manos frente al plan de jibarización del organismo por parte del Gobierno nacional. El Presidente Javier Milei pretende modificar la composición del Consejo Directivo del INTA, poniendo en riesgo la autonomía del organismo y una matriz de funcionamiento que según los especialistas lleva setenta años dando resultados. La última reforma busca eliminar la presencia de las universidades y gran parte del sector privado en el órgano conductor. 

Al frente del Consejo Regional Sur de la provincia está Cristian Bagnardi, productor ganadero de tandilense, y miembro de la Asociación Argentina de Consorcio Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea). “Estamos a favor de que haya una reestructuración, pero lo que impulsan desde el Gobierno pone en riesgo la independencia del organismo y lo deja sujeto al Ejecutivo nacional de turno”, indica al dirigente a Buenos Aires/12.

Bagnardi fue uno de los firmantes de un documento crítico que cuestiona el objetivo de "llevar adelante un ajuste irracional e inconsulto".

Y agrega: "funcionarios de los ministerios de Economía y Desregulación han sostenido que ha que reducir en 1500 empleados la plantilla de personal del organismo, o que el organismo cuenta con un presupuesto de 400.000 millones de pesos, cuando sólo son 230.000 y una fota de vehículos de 3.000 unidades".

En otro punto dice que el INTA "es, y queremos que siga siendo, la expresión más genuina de una Argentina que se debe desarrollar pareja y equilibradamente, incorporando ciencia y tecnología y así dando trabajo a la gente en su terruño, y no una sede dependiente de gobiernos centralistas que lo usan para hacer desarrollos científicos a la medida de una estructura productiva histórica que sólo ha provocado emigración permanente del interior hacia el puerto y empobrecimiento colectivo".

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria está compuesto, actualmente, por un Consejo Directivo de diez miembros. Un presidente, un vice y un representante de la Secretaría de Agricultura. También, por cuatro delegados de las entidades rurales que componen la Mesa de Enlace. Finalmente, uno por las facultades de agronomía, uno por las veterinarias, y otro por Aacrea.

En caso de avanzar el cambio que propone Milei, el Consejo quedará compuesto por ocho lugares. El Ejecutivo suma un representante más y pasará a tener un cuarteto, y sólo se mantendrían las sillas de las gremiales del agro: la Sociedad Rural, Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas. Tanto las facultades como el ala científica y privada quedarían fuera de la toma de decisiones.

“Hoy no hay comunicación, no sabemos cómo trabajar, qué decirles a los directores o los productores”, señala Bagnardi. Al frente del CR Buenos Aires Sur hace poco más de dos meses y por los próximos dos años, es uno de los quince titulares de consejos que firmaron la declaración crítica. 

Los quince centros regionales junto a los seis centros de investigación del organismo, solicitaron una reunión con el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, que hace una semana se sentó únicamente con la Mesa de Enlace a plantearles los objetivos de La Libertad Avanza sobre la entidad.

El planteo es federal porque el INTA es un entramado institucional que desarrolla conocimiento y tecnología en todo el territorio nacional.

El ministro de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier Rodríguez, suele plantear advertencias sobre el “descuartizamiento” que el Gobierno nacional está llevando a cabo sobre el INTA. Sostiene que limita el desarrollo de la producción agropecuaria argentina e, inevitablemente, la bonaerense. “Desde el primer día del gobierno de Milei hay un ataque sistemático al INTA, así como al CONICET, a las universidades y todo lo que es ciencia y tecnología”, señaló a este diario.

Mejorar y no retroceder

“Venimos esforzándonos mucho en trabajar con la gente del sector privado, mejorar las relaciones y poder ser una herramienta para el productor, ir bien a potrero y ahorrando en gastos”, subraya Bagnardi respecto al método que se aplica desde el CR.

Los consejos regionales, como el que preside Bagnardi, componen la amplia red capilar de representatividad que el INTA tiene en el territorio. En el caso del CR Buenos Aires Sur, se trata de “todo lo que está por debajo de la Ruta Provincia N°205”, indica el dirigente. Al igual que el Consejo Directivo del Instituto, está integrado por un representante de cada una de las cuatro gremiales agropecuarias, uno de las facultades de veterinaria, uno de agronomía y otro de Aacrea. Todos los cargos son ad honorem.

Por debajo de los centros están las estaciones experimentales. En el caso del CR Sur, son seis. Entre todos, tienen el rol de diseñar estrategias para vincular los actores territoriales con el INTA. Se ocupan de recorrer y reunirse con productores, proponer y llevar adelante convenios con el sector privado, así como con los municipios.

El peso del comunicado, además, es netamente federal. Junto al CR Buenos Aires Sur, también firmó el Buenos Aires Norte a cargo del pergaminense Rodrigo Nider. Y acompañaron los consejos de Catamarca-La Rioja, Córdoba, Corrientes, Chaco-Formosa, Entre Rios, La Pampa-San Luis, Mendoza-San Juan, Misiones, Patagonia norte, Patagonia sur, Salta-Jujuya, Santa Fe y Tucumán-Santiago del Estero. 

Los centros de investigación no quedaron afuera. Firmó el sexteto del organismo. El de Agroindustria, el de Ciencias Veterinarias y Agronómicas, el de Investigaciones Agropecuarias, el de Recursos Naturales, el de Economía y Perspectiva, así como el CIPAF o de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar, dejaron su sello.

Bagnardi advierte que la postura no es antagónica a una reestructuración que, a su juicio, es necesaria dentro del organismo. Incluso, en febrero de este año y producto de un diálogo entre la presidencia del INTA y el conjunto de representantes regionales a lo largo y ancho del país, se consensuó una reformulación sobre el personal e insumos del organismo. Pero, pocos días después, apareció un nuevo programa que los consejos regionales definieron como ajuste y que se votó el pasado 13 de mayo. 

El documento de los consejos dice que los cambios son inconsultos “porque las autoridades de INTA habían aprobado un plan de reestructuración elaborado colaborativamente por todas las instancias institucionales”, en sintonía con adecuar la institución, “pero capitalizando la riquísima experiencia de setenta años de historia”.

Además, plantearon que se respeten las diferentes realidades del interior porque “el Consejo Directivo parece ver sólo con las anteojeras centralizadas en la región del Puerto de Buenos Aires”. “En las pocas ocasiones que ésta Mesa de Presidentes se reúne con el CD, es citada después de las reuniones en las que ya se han tomado todas las decisiones, tornando en irrelevantes nuestras opiniones”, acusaron.

Luego de este diagnóstico, la Mesa de Presidentes solicitó al presidente del INTA, Nicolás Bronzovich, y la vicepresidenta, María Beatriz Giraudo, que gestionen una reunión extraordinaria con Iraeta y los funcionarios del Ministerio de Economía a cargo del área dado que representan a productores, científicos, trabajadores, universitarios, tecnólogos e industriales del agro distribuidos en todo el país. 

El valor del INTA

Mario Raiteri, secretario general de Coniniagro conversó semanas atrás con este diario y explicó cómo la salida parcial del cepo trajo aparejado un escenario inflacionario que alzó los costos dolarizados de la producción en medio de las renegociaciones de los alquileres. El secretario general de Coninagro señaló, para mostrar un diagnóstico muy complejo para el agro, que “el rinde de la hectárea de soja está por debajo de los valores necesarios para paliar los costos de producción”.

Respecto a al maíz, advirtió que “la mayoría no va a poder cosechar antes del 30 de junio y va a perder más por las retenciones”, indica. La fecha a la que hizo referencia es al vencimiento de la medida impulsada por Javier Milei en enero de este año mediante la cual redujo de forma transitoria los derechos de exportación para las producciones tradicionales como la soja, el trigo, el maíz y el girasol. Al final, las retenciones volverán.

Ahora el golpe continúa contra un actor determinante en la producción agropecuaria que nutre de herramientas tecnológicas a los chacareros de manera democrática y federal. En un reportaje a la revista Y Ahora Que, Carlos Paz, ex titular del INTA entre 2008 y 2009, condenó los movimientos del Gobierno nacional. 

Paz subrayó como que "el INTA tiene muchas cosas para cambiar, pero con análisis concienzudo y con la participación de la propia gente del INTA". Habló de que suele puede haber resistencia, pero los cambios realizaron, como la regionalización y descentralización del organismo, un logro que corre peligro en este momento.

"Otro cambio importante: en 2003 y 2004 empieza a elaborar planes a quince años con revisión cada cuatro, y otro ejemplo más es que con la aparición de la siembra directa el INTA hizo muchos trabajos con los productores y contribuyó a que se superasen las 100 millones de toneladas en la agricultura extensiva y hasta la silobolsas, hoy tan conocidas, se deben al INTA, que trajo la idea desde Canadá", detalló. 

Resaltó el rol del INTA en la genética de arroz, porque desarrolló en el experimental de Concepción del Uruguay produciendo variedades tomadas incluso por Brasil, que es un gran productor de arroz. "También puedo mencionar técnicas para la producción de lana en el sur, como la esquila preparto o los mapas de suelo de la Argentina, que son una gran contribución del INTA Castelar y de las estaciones experimentales", destacó. ¿Una más? "En Misiones, con la genética de pinos", cerró su respuesta.

En un país grande y con distintas condiciones agroecológicas y distintas producciones, señaló Paz, no es lo mismo la producción en Misiones que en Tucumán, o en la Pampa Húmeda que en la Patagonia. "Tampoco son lo mismo las chances de asesoría privada", indicó. Advirtió que en varios lugares la única alternativa está en la oficina del INTA para la transferencia de tecnología, como en Misiones, Chaco, Formosa. "El 80 por ciento de los productores son pequeños o medianos, por lo que las personas que manejan los destinos del INTA tienen que tener en cuenta esa complejidad, incluso en la Pampa Húmeda", indicó.