En forma anónima, para evitar represalias, cuatro trabajadores/as de Acumar se comunicaron con PáginaI12 para cuestionar a las autoridades del ente. Los nombres que se publican no son los reales.
Andrea: “La respuesta de nuestras autoridades en la audiencia pública fue vergonzosa. No solo trabajamos todos los días poniéndole el cuerpo, el pensamiento, el esfuerzo a un organismos que tiene que trabajar por la población de la cuenca sino que vivimos sufriendo los debacles que cometen las distintas gestiones y también la presión de ser trabajadores precarizados. Acumar es una institución tan inestable que en la Dirección de Salud las autoridades como máximo vienen durando seis meses. Cada nueva autoridad que aparece reinicia los procesos de trabajo”.
Héctor: “Parece que la idea de esta gestión es hacer borrón y cuenta nueva con el camino recorrido por este Organismo desde el 2008. En Acumar, los trabajadores nos hemos formado por la propia experiencia y estamos involucrado en la cuestión ambiental de la Cuenca. Contamos con un gran equipo de más de 800 trabajadores, muy comprometidos y con mucha capacidad técnica-profesional. Lo que está sucediendo nos duele, porque venimos día a día a cumplir con nuestras tareas, y nos esforzamos por ello teniendo en cuenta que, si nuestra labor sale bien, redunda en mejoras para la población. Nuestra voluntad y capacidades profesionales no son ni reconocidas ni consideradas para planear estratégicamente los pasos a seguir. Nadie nos consulta ni nos involucra. Se trajeron más de 100 personas nuevas a ocupar puestos jerárquicos y a tomar aquellas decisiones de cosas que no entienden, como quedó demostrado en la audiencia pública en la Corte Suprema”.
Federico: “Nos sentimos convidados de piedra porque no tenemos voz. Cientos de trabajadores de Salud que tienen contratos precarizados desde 2011 integraron los equipos de campo y la asistencia en las zonas y población más vulnerables, en particular para embarazadas y niños de menos de seis años. Lo mismo pasa en relación al problema de vivienda, basurales, agua y aire, reconversión industrial. Se clausura a las empresas más pequeñas, cooperativas y se hace la vista gorda con las grandes”.
Mario: “Desde el 2008 se vinieron manipulando indicadores de estado de agua y aire con la sola finalidad de distraer y alargar verdades tan simples como describir el estado ambiental de la Cuenca Matanza-Riachuelo. Ahora asistimos a un cambio de gestión con nuevos aires que al cabo de un tiempo nos fuimos dando cuenta que es más de lo mismo”.