“Me tienen repodrido con el Ni Una Menos. Hay un montón de mujeres violentas que también pegan y nosotros no hacemos taaanto escándalo. Ni una menos, no: ¡nadie menos!”, clama una caquita de plastilina en uno de los últimos videos de Eres una caca, el proyecto web que la animadora Lula Gómez lanzó hace poco más de un mes y ya conquistó a más de 30 mil seguidores/as en Instagram. En todos los videos que conforman la serie, que se convirtió en fenómeno inmediato, los discursos están puestos en boca de un hombrecito-excremento que siempre tiene una forma distinta, porque las heces y los discursos que merecen ir a parar a una cloaca nunca son exactamente iguales aunque a veces se parezcan demasiado. “La serie surgió de la necesidad de compartir todas las cosas que fui aprendiendo en los últimos años”, cuenta la creadora, animadora y responsable de gran parte de las voces. Argentina de nacimiento y radicada hace más de 15 años en Barcelona, Lula es realizadora de stop motion y dirige en su ciudad adoptiva la Academia de Animación. Y aunque en sus clases ya venía trabajando con una perspectiva de género (haciendo foco, sobre todo, en los roles de los personajes que crea junto a sus alumnxs) hace un tiempo sintió que era hora de avanzar un poco más y hacer una serie explícitamente feminista. “Hace unos cinco años que tengo una mayor conciencia sobre el tema y me animo a llamarme feminista, pero ya sabés cómo es esto: una da el primer paso y no hay vuelta atrás. Querés aprender y leer cada vez más y entusiasmar a otros y otras. Yo elegí el camino que mejor me sale: hacer reír a mis amigas con las boludeces que se me ocurren” dice a Las12.
Semana a semana, Eres una caca engrosa su lista de discursos odiosos y los pone en boca de los pequeños excrementos: que las chicas violadas tan mal no la pasan, que el feminismo es una suerte de machismo al revés, que quien denuncia a una estrella por abuso es más bien una despechada… y así, una tras otra, la larga lista de clásicos que todas hemos escuchado una y mil veces.
El mensaje de la cuenta no necesita demasiada exégesis: a quien se identifica con esos discursos, mejor tirarle la cadena. “Antes invertía tiempo en tratar de explicar, de convencer, pero me fui dando cuenta de que hay que elegir bien dónde invertir la energía, y ya no la invierto más en tener discusiones con gente que no es capaz ni siquiera de aceptar que existe la violencia machista. Mi lema es cero paciencia a los machirulos y reírme un poco de ellos, también, ¡para eso me sirven estos videos!”
Aunque esperaba tener que vérselas con una lluvia de haters cuando subió su primer video, Lula recibió en este mes y medio de existencia de EUC más bien todo lo contrario: sororidad, entusiasmo y amor puro. Ante todo, de las artistas a las que escribió en busca de asesoramiento (“La ilustradora Flavita Banana y Bimbo Godoy me dieron una mano increíble en las redes y me alentaron mucho”) pero también de las ya miles de fans de sus videos, que en cada nuevo posteo dejan comentarios de agradecimiento. Uno de los que más se repiten: “¡Qué placer verte pisar esas cacas!”.
Como en todos los proyectos más vinculados al corazón que al rédito económico, el gran desafío de Lula es sostener el entusiasmo en el tiempo y, sobre todo, ir dosificando los pequeños cambios que irá pidiendo la serie para mantenerse viva. A lo que no le teme es a la falta de inspiración: “Con la cantidad de cosas que escucho y leo, tengo material para siete millones de temporadas. Y cada vez que se aparece algún tarado a decir pavadas en mi perfil, le agradezco por escribirme guiones gratis”.