El fotógrafo Pablo Piovano tomaba fotos de un pelotón policial. Apenas había comenzado la represión, cuando uno de los efectivos se le fue encima y le disparó a quemarropa con postas de goma. “Me apuntaron y me tiraron desde medio metro”, contó el reportero gráfico con casi veinte años de trayectoria en PáginaI12 y que no fue el único trabajador de prensa víctima de la violencia de las fuerzas de seguridad. Entre los heridos se contaron también el fotógrafo de este diario Leandro Teysseire; sus colegas Germán García Adraste, de Clarín, y Federico Hauscarriaga, de Anred; y el camarógrafo de C5N Guido Rodríguez.
Piovano recibió más de diez impactos en su pecho, su abdomen y su brazo. Aún estaba en la Plaza Congreso con su camisa blanca machada de sangre, relató a este diario que al momento de ser baleado “estaba con los ojos que me ardían por el gas, tenía la cámara en la mano, en alto”.
También hubo violencia contra periodistas que estaban dentro del Congreso, donde una persona que dijo ser “jefe de seguridad de Diputados” pretendió sacar por la fuerza del recinto a dos trabajadores de los medios que tomaban nota de una reunión de pasillo entre Elisa Carrió, Graciela Camaño y Marco Lavagna. Ante la negativa de los periodistas a abandonar el lugar, el hombre le pegó un cabezazo en la frente a Nicolás Florentino, redactor del portal Letra P.
El Sindicato de Prensa de Buenos Aires repudió la “brutal represión para votar una ley contra el pueblo” y exigió “garantías para el ejercicio de la libertad de expresión”. El gremio, que convocó a una conferencia de prensa esta tarde a las 15, afirmó que “el gobierno de Mauricio Macri, que volvió a ensañarse con los trabajadores de prensa” y exigió “la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responsable política” de la represión. También repudió “el cinismo y exigimos una retractación pública de Marcos Peña, quien afirmó suelto de cuerpo que los periodistas heridos en realidad ‘fueron agredidos por los manifestantes’”.