Para cualquier conocedor del género gangsteril, The Long Good Friday (John Mackenzie, 1980) se mantiene al tope de la gama proveniente de Gran Bretaña. Áspera y callejera, clásica en su tópico y personajes -pero sin ningún manierismo simbólico- ser parte de ese mundo implica estar jodido. Vaya si lo sabrá el Harold Shand que interpretaba Bob Hoskins cuando cae en la cuenta de lo que se le viene. En ese final que aún hiela la sangre tenían una participación fundamental Helen Mirren y Pierce Brosnan, quienes cuatro décadas más tarde vuelven al ruedo protagonizando Tierra de mafia (estreno por Paramount+ el próximo viernes 30).

Sin embargo, Harry Da Souza (Tom Hardy) es el que copa la parada quién en la escena de apertura. Un fixer y consiglieri del clan comandado por Conrad Harrigan (Brosnan), que, básicamente, debe lograr que se mantenga el “ecosistema” criminal londinense que mueve millones de libras. Son tiempos de paz caliente para el sindicato de los bajos fondos del que participan ramificaciones de toda Europa. Harrigan es el auténtico capo, un irlandés al que nada lo inmuta, excepto Maeve, su propia esposa y rigurosa matriarca (Mirren). También tiene plena confianza en que su mano derecha puede resolver cualquier "situación". La mecha para la guerra que se avecina la prende uno de los nietos más revoltosos de Conrad, Eddie (Anson Boon). Una salida de juerga con el hijo de su archirrival, Richie Stevenson (Geoff Bell), implicarán muchísimas horas extra para Da Souza.

“Vine a hacer mis cosas y voy a lograrlo. Ahora estoy en primera, ¿quérés que pase a quinta sin pestañear?”, dirá el sujeto que se impone con su voz rasposa. Es sugestivo que Da Souza deba hacer malabares entre la hiperviolencia de su trabajo y su vida conyugal. El vínculo algo cascoteado con Jan (Joanne Froggatt) será uno de las cuñas dentro de la trama. Detrás del producto se encuentra Guy Ritchie como productor y director de los dos primeros episodios. Aunque en esta ocasión, su estirpe visual y sonora es menos bombástica, y se apega más al canon mafioso. Quien firma como creador de la ficción es Ronan Bennett con un largo historial en relatos de esta clase (Top Boy y Public Enemies) y se basó muy libremente en el molde de Ray Donovan.

En definitiva, Tierra de mafia tal cual su nombre lo indica, es una de tipos casados con el crimen, con traiciones al caer, infiltrados, un tono rabioso, insultos en cockney y tensión permanente. La mera presencia de Hardy podría derivar en un bacanal de machos alfa, sin embargo, los personajes femeninos ofrecen una coloratura singular. Entre ellos está el de Laura Pulver, quien encarna a Bella Harrigan, la nuera de Conrad y Maeve. “Hay dos mujeres en particular que no son familia de sangre de los Harrigan, con bastante peso. Bella y la esposa de Harry tienen una perspectiva algo distinta. Pareciera que hay menos en juego para ellas porque cuelgan de las últimas ramas del árbol genealógico. Son mujeres que existen, a las que no se les da mucha bolilla, y justamente por ello son de temer”, dice la actriz entrevistada por Página/12.

-¿Qué es lo mejor y lo peor de tener a Helen Mirren y Pierce Brosnan como suegros?

Lara Pulver: -Sus personajes son deliciosamente encantadores, ellos como actores saben cómo saborearlo y se entretienen para contagiar a la audiencia. Creo que el tema está en no pasarse de la raya, es como ser adúltero y que nadie se de cuenta. Entrar en ese caos para poder nadar entre tanto drama. La propia Bella tuvo una vida muy intensa antes de llegar a los Harrigan, así que sabe cómo cuidarse, porque anduvo de acá para allá. No es coincidencia que termine en una familia de este tipo.

-En una escena, Richie Stevenson, el gran antagonista de esta serie, dice que los Harrigan están demasiado cómodos, son arrogantes y complacientes. Tu personaje también advierte eso, aunque está mucho más comprometida por su posición y lo que ha hecho su hijo, ¿cierto?

L.P.: -Absolutamente. Como madre de Eddie está muy atenta de lo que esta vida privilegiada hizo en su propia familia. Hubo ciertas acciones y ahora tienen que pagar las consecuencias. Bella es inteligente, al principio tantea la situación, contempla para luego actuar, porque sabe lo que es pertencer a este ambiente.

-En Tierra de mafia¸ su director, se corre un poco de lo que puede esperarse de un producto suyo, ¿está de acuerdo?

L.P.: -Guy Ritchie tiene su estilo patentado, entrás en ese universo y ya lo conocés. Cuando te dicen que está al frente del proyecto, ya te imaginás cuál va a ser el tono, pero también tenés otros tres realizadores (Lawrence Gough, Daniel Syrkin, Anthony Byrne) y un elenco increíble que dan su propio tono. Es como una entidad en sí misma, pero creo que cualquiera puede reconocer las referencias. Tierra de mafia no es tan estilizado tiene un sentido más realista. Te metés adentro de lo que viven estos personajes, más que observarlos como testigo.