Trabajadores del Conicet Rosario se sumaron a una jornada de protesta nacional, contra el desfinanciamiento del organismo. Reclaman la efectivización inmediata de los ingresos, que están pendientes desde el año 2022; la recomposición de los salarios y ampliación del presupuesto destinado a ciencia y tecnología. Según señalan, el ajuste se traduce en un recorte del 40% en las becas y en “despidos encubiertos”. Durante la jornada, los investigadores pusieron el enfoque en el impacto local que tiene el ajuste sobre el sector. “Se desfinanció todo y eso dificulta la compra de insumos, equipos de oficina y todo aquello que necesitamos para seguir investigando. Por lo tanto, hay proyectos que prácticamente están paralizados”, describió Marianela Scocco, docente e investigadora del Conicet.

Con temática de El Eternauta y bajo la consigna “Nadie se salva solo”, los trabajadores e investigadores del Conicet Rosario se congregaron en el Centro Científico Tecnológico (CCT) de Ocampo y Esmeralda, para visibilizar la situación que atraviesa el sector, en el marco de una jornada de protesta a nivel nacional. Durante el reclamo, los integrantes del organismo denunciaron que desde 2022 están paralizaros los ingresos a la carrera de investigador científico y tecnológico (CIC) y a la carrera del personal de apoyo a la investigación y desarrollo (CPA). De la misma manera, nunca se publicaron los resultados de las convocatorias del año 2023. En la ciudad la jornada incluyó una volanteada en las distintas instituciones de investigación y la realización de una olla popular.

“Hay más de 800 compañeros y compañeras que realizaron un proceso de concurso, que fueron seleccionados para ingresar a Conicet y que están esperando que se les dé el alta en esos cargos”, explicó Scocco, en diálogo con Rosario/12. “Eso sumado a que nunca se publicaron los resultados de la convocatoria de 2023 y estamos pidiendo que se llame nuevamente a una convocatoria de ingreso, como se venía haciendo anualmente. Eso es lo que permite que el Conicet sea un organismo dinámico, donde ingresan nuevos investigadores constantemente”, añadió.

En el listado de reclamos también aparece el pedido de una recomposición salarial urgente, y la apertura de paritarias “libres y sin techos”. Además, se exige la continuidad de las becas y proyectos, junto a una ampliación del presupuesto destinado a ciencia y tecnología. Según denuncian, el número de becas sufrió un recorte del 40% y en solo un año hay 1.300 personas menos trabajando en el Conicet, lo que impacta de lleno en la continuidad de muchos proyectos e investigaciones que estaban en marcha.

“Vemos que se está dando un fenómeno de despidos encubiertos, donde mucha gente se ve empujada a renunciar por el desfinanciamiento que hay en Conicet. Por los recortes que hay en las becas, y las dificultades que se dan para conformar equipos de trabajo, sumado al congelamiento del salario, hace que muchos busquen otras opciones, tanto afuera del país, como en empresas privadas que puedan garantizar un mejor funcionamiento de sus investigaciones”, detalló la investigadora local. “Un relevamiento de ATE Conicet Capital habla de 1.300 trabajadores menos. Es una cifra muy importante para un organismo que no es muy grande”, remarcó.

En ese marco, Scocco señaló que la situación tiene sus consecuencias en Rosario. “Dentro de estos 800 compañeros que están esperando la efectivización de sus cargos hay alrededor de 20 que corresponde a Rosario. En algunos casos siguen teniendo becas doctorales, que es la figura con la que estaban cuando se presentaron a carrera, pero en otros casos ni siquiera tienen eso, ni otro trabajo como medio de subsistencia”, explicó y agregó: “Se desfinanció todo y eso dificulta la compra de insumos, equipos de oficina y todo aquello que necesitamos para seguir investigando. Por lo tanto, hay proyectos que prácticamente están paralizados”.