La riqueza natural local de esta localidad del nordeste brasileño se traduce en una producción artística y artesanal que subraya también la hospitalidad nativa. Habilidosas manos transforman los materiales extraídos del fondo del mar en piezas únicas, como los trabajos creados por el artista plástico Romero Marques con el descarte de la fabricación de tablas de surf, o los mensajes motivadores que transmite Val Amorim en placas esparcidas por las calles, centros comerciales y menús de los restaurantes. “La utilización de materiales locales y orgánicos aporta color y originalidad a los souvenirs que se llevan los visitantes”, afirman en la ciudad, que busca posicionar a las artesanías como uno de los pilares turísticos de Porto de Galinhas.