1 Central: Rodríguez; Ferrari, Burgos, Menosse, Aguirre; Pereyra, Colman, Musto, Rivas: Migone, Herrera. DT: Eduardo Coudet.

2 Lanús: Monetti; Gómez, Herrera, Velázquez, Pasquini; Barrientos, Marcone, Silva; Montenegro, Sand, Acosta. DT: Jorge Almirón.

Goles: ST: 3m Lovera (C), 14m Acosta (L), 16m Silva (L).

Cambios: ST: Desde el inicio Lovera por Pereyra (C), 17m Sánchez por Sand (L), 21m Ojeda por Musto (C), 28m Rizzi por Migone (C), 33m Rius por Silva (L), 43m Magallón por Barrientos (L).

Arbitro: Nicolás Lamolina.

Cancha: Central.

 

Mientras la cabeza está puesta en River, en la final de la Copa Argentina, Central completó ayer ocho fechas sin ganar en el torneo. Con poco, muy poco, Lanús se lo dio vuelta y le ganó 2 a 1 en el Gigante.

Con medio pie en Córdoba. Así se encuentra Central, por ese motivo la visita de Lanús tenía dos objetivos para nada menores: mejorar el triste puesto 24 y darle juego y confianza a una camada de juveniles prometedores. Claro que la parada no era sencilla: enfrente estaba un equipo consolidado, con una idea bien marcada y la necesidad de victoria para prenderse en el pelotón de arriba. A los 10 minutos el granate lo dejó en claro: el palo salvó al canaya tras remate de Silva.

 

Sebastián Granata
Colman estuvo junto a Musto entre los experimentados del once que Chacho paró en cancha anoche.

 

Pero lejos de ser arrinconado y maniatado, el muletto que Coudet tiró en cancha se plantó de igual a igual y lo empardó desde lo aguerrido. Migone tuvo su chance clara y Lanús, pese a ser levemente más sólido, ya no se sintió tan cómodo. Es que, con algunas dificultades, Central trató bien la pelota y fue paciente, aunque carente de vértigo y profundidad.

El canaya cambió titubeo por carácter para cerrar el primer tiempo en buena forma. Musto remató desde muy lejos y obligó a Moretti a revolcarse. Colman también estuvo cerca abajo del arco. El rejunte de pibes y suplentes se asentó y opacó a Lanús a fuerza de buen juego y fortaleza en el mediocampo.

Todo lo bueno se profundizó en el comienzo del epílogo, tanto como para llegar al gol. El pibe Lovera se animó de zurda, desde lejos, y la clavó abajo. Mucho mérito para Coudet, que lo hizo ingresar tres minutos antes. De las tribunas el festejo que bajaba se mezclaba con el pedido de campeonato para el jueves. Al estar en ventaja, aparecieron más espacios y el muletto se soltó aún más hasta conseguir momentos de gran juego.

 

El claro que el objetivo mayor es River por Copa Argentina, pero Central apostaba a levantar un poco en el torneo.

 

Pero el problema endémico a esta altura que aqueja al Central A, también le pega al B. La defensa rompe todo lo que la ofensiva construye y bastaron dos minutos para que quede en claro. Aguirre la perdió en la salida y Acosta aprovechó para clavarla en el ángulo. En la jugada siguiente, Silva batió de zurda a Rodríguez. El retroceso de la defensa fue espantoso. Apoyado en el triunfo, Lanús se replegó y le entregó toda la responsabilidad al canaya.

Pero Central nunca volvió a ser el que fue. Tuvo la pelota, la movió por todo el frente de ataque, pero nunca molestó a Monetti. Solo Aguirre desde un remate desde lejos lo inquietó. Está claro, el objetivo es la copa, pero el canaya acumula ocho fechas sin victorias en el torneo local. No es para pasar por alto, para nada.