Tras el fracaso del jueves, el Gobierno concretó ayer una reunión con un grupo de gobernadores en la que presionó para destrabar la aprobación de las reformas previsional y tributaria, frustradas por la salvaje represión en la calle y los incidentes en el recinto de la Cámara baja. La cumbre contó con la presencia de cuatro mandatarios oficialistas y cinco opositores. En casi cuatro horas, Cambiemos logró alinear a los peronistas y resolvió convocar a una nueva sesión para este lunes. Según afirmaron el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey y el de Entre Ríos, Gustavo Bordet, el interbloque Argentina Federal (de 35 diputados) dará quórum y votará junto al oficialismo con lo que la aprobación del ajuste estaría garantizada. La prenda de negociación fue un “beneficio adicional” que se dictará por decreto y se pagaría en marzo, por única vez, para aquellos jubilados que cobren menos de 10 mil pesos y para todos los beneficiaros de la Asignación Universal por Hijo (AUH). El costo fiscal de esa medida será de unos 4 mil millones de pesos, mientras que el “ahorro” para el gobierno por el cambio de fórmula se estipulaba en un mínimo de 70 mil millones.
Descolocado, el Gobierno de Mauricio Macri dio en los últimos días varios pasos en falso que lo obligaron a reorganizar su intento de aprobar antes de fin de año su paquete de ajuste: las reformas previsional, tributaria y laboral. Después del fracaso de ayer, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, convocó a los gobernadores peronistas que se encontraban en Buenos Aires para conseguir que éstos disciplinen a los diputados de sus provincias. La cumbre iba a realizarse en un primer momento en la Casa Rosada. Incluso un gobernador oficialista desactualizado apareció por Balcarce 50 y luego tuvo que trasladarse al Congreso, a la oficina del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. El documento que se distribuyó oficialmente luego de la reunión detalló que estuvieron presentes los mandatarios oficialistas de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; de Capital Federal, Horacio Rodríguez Larreta; de Jujuy, Gerardo Morales y de Mendoza, Alfredo Cornejo (flamante presidente del Comité Nacional). En cuanto a la oposición, asistieron cuatro peronistas, acompañados por algunos de sus diputados. Se trata del salteño Juan Manuel Urtubey, el chaqueño Domingo Peppo, el entrerriano Gustavo Bordet y la fueguina Rosana Bertone, todos de excelente sintonía con el oficialismo. Además estuvo el gobernador del Movimiento Popular Neuquino (MPN), Omar Gutiérrez, y diputados nacionales de Córdoba, Tucumán, Misiones, Catamarca y La Pampa. Por el Ejecutivo estuvieron Frigerio, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y también diputados de Cambiemos como Mario Negri, Nicolás Massot, Luciano Laspina, Silvia Lospennato y Daniel Lipovetzky. La reunión se extendió durante casi cuatro horas, en la que se fueron sumando y retirando algunos de los participantes.
Al finalizar comunicaron que acordaron “convocar a una sesión especial para el próximo lunes a las 14 horas con el objetivo de dar tratamiento y aprobar el temario previsto para la fallida sesión del pasado 14 de diciembre”. “A tal efecto, los presentes se comprometen a garantizar la presencia de los diputados nacionales de las distintas fuerzas políticas por ellos representados tanto para la constitución del quórum como para la aprobación del mencionado temario”, afirman.
En contrapartida, el Poder Ejecutivo dictará “luego de la sanción”, un decreto que “asegure un beneficio adicional para jubilados y pensionados con haberes inferiores a 10 mil pesos y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo”. “Este beneficio alcanzará a más del 70 por ciento de los jubilados y pensionados y el 100 por ciento de los beneficiarios de la AUH y será abonado en el mes de marzo”, concluye la nota difundida por la Cámara baja.
“Esto beneficia a 9 millones de jubilados y hace que absolutamente nadie pierda dinero, con lo cual no se está ajustando sobre el sistema previsional, que era la preocupación”, sostuvo el gobernador Bordet, quien ratificó que no sólo Cambiemos tendrá el respaldo de los diputados de su provincia sino del resto de los legisladores del interbloque Argentina Federal, compuesto principalmente por el Bloque Justicialista (con 19 integrantes), más otros 16 de otros bloques provinciales más pequeños.
Otro gobernador, que no estuvo ayer en la reunión, salió a criticar al gobierno nacional. El socialista Miguel Lifschitz reveló que el pacto fiscal firmado por él y otros 22 jefes provinciales “sólo contenía una alusión a un marco genérico” sobre la reforma previsional, y que su discusión “no era competencia de los gobernadores sino del Parlamento”. “No acompañamos esa reforma en esos términos”, aseguró Lifschitz, cuyo partido tiene un sólo diputado nacional.
En este marco se superarían con comodidad los 129 votos necesarios para iniciar la sesión, ya que Cambiemos cuenta con 106 diputados. En la Casa Rosada calculaban, en teoría, unos 140 diputados a favor, con lo que incluso podían perder algún apoyo en el camino sin sacrificar el resultado.
Más allá de las declaraciones de los gobernadores peronistas y los diputados del oficialismo, lo acordado ayer no implica cambios en la fórmula aprobada por el Senado, que reduce los aumentos que recibirán los jubilados en comparación con la ley de movilidad jubilatoria vigente. Según el texto con media sanción, las jubilaciones, pensiones y la AUH serán actualizadas en 70 por ciento de acuerdo a la inflación y en un 30 por el promedio de incrementos salariales calculado con el índice Ripte. Lo que se compensaría con el decreto presidencial es la pérdida que se generaba con el pasaje de la actualización semestral a una actualización trimestral. Esta decisión de Macri contrasta con el discurso sostenido por el gobierno respecto de que los jubilados no sufrían ningún retroceso en sus ingresos de aprobarse la norma tal como está.
Fuentes de la Casa Rosada reconocían ayer que se apeló a la compensación vía decreto para evitar que una modificación del proyecto lo haga retornar a la Cámara alta. Si bien allí lograron una aprobación holgada hace unas semanas, ahora asumió la ex presidenta Cristina Fernández y no querían otorgarle protagonismo en un tema sensible para el electorado macrista.
Con esta solución quedó descartada la vía del Decreto de Necesidad y Urgencia para sacar la reforma que había llegado a ser firmado por todos los ministros del Gabinete y quedaba pendiente de firma por parte de Macri. El Presidente era uno de los más fuertes impulsores de esta respuesta ante el fracaso de la sesión y la represión en las afueras del Congreso. El consejo de algunos de sus colaboradores más cercanos, junto con el rechazo público de Carrió y la amenaza de paro por parte de la CGT, hizo postergar esa decisión y explorar nuevamente la vía parlamentaria.
Con esta salida el oficialismo evaluaba ayer convocar a una foto con los gobernadores para el lunes en Casa Rosada, anunciar oficialmente la firma del decreto de “compensación” y mostrar un fuerte respaldo político. Se esperaba ayer todavía un pronunciamiento de la CGT para saber si retomará o no la medida de fuerza convocada para ayer y levantada por el fracaso de la sesión.