“Una kayakista es rescatada a orillas del río por mujeres que habitan el humedal”, dice la sinopsis. Un punto de arribo para un descubrimiento mayor. “Son brujas del humedal”, aclara Marita Vitta; y agrega: “Allí se encuentran mundos distintos y separados por las aguas del Paraná, allí comienza un ritual de iniciación e intercambio; acá cerquita, en las islas entrerrianas”. Con dirección de Vitta, a partir del texto de Marty Vitta y con las actuaciones de Lourdes Alvarado, Leticia Ojea y Denise Becerra; Aquelarre en el humedal se estrena hoy y mañana a las 21 en El Cultural de Abajo (Entre Ríos 579).

“La obra surge a partir del texto de Marty Vitta, que a su vez tomó como disparador a la canción ‘Brujas del humedal’, de Lucila Algrain. Esa misma canción aparece especialmente en la obra, cantada por Lucila y con arreglos musicales de Fernando Foulques y Piter Jozami. A partir de esta canción, Marty armó una historia sobre tres mujeres provenientes de distintos espacios, tiempos y generaciones: Biguá, Desiree e Ivana. Cuando leí el texto se me aparecieron al instante muchas imágenes teatrales, y tuve la intuición de que podía contribuir a este universo. Hablé con las actrices Lourdes Alvarado, Leticia Ojea y Denise Becerra, y con ellas fuimos encontrando nuestro aquelarre y habitando este humedal escénico”, comenta Marita Vitta a Rosario/12.

-¿Cuál fue tu criterio al momento de pensar la puesta en escena?

-Como espacio, el humedal ofrecía numerosas posibilidades: su flora y su fauna, el mismo río, su problemática social y política; eso nos motivó a abordar los rituales alrededor del fuego, alumbradas por la luna y sus ciclos, en sintonía con la tierra y con estas mujeres, de distintas generaciones; desde su accionar natural y cotidiano, hasta su conexión con lo extra cotidiano y mágico. Estas mujeres que habitan en el humedal pueden ser llamadas brujas, pero no con el significado que le dieron en algunos momentos de la historia o en tantos cuentos infantiles, donde eran las villanas, las monstruosas, las diabólicas. Sino con otro sentido, como mujeres conocedoras de la naturaleza y de sus propiedades, en conexión con los cuatro -o cinco- elementos, mujeres capaces de desarrollar una gran intuición y una gran sabiduría para leer y honrar la tierra, para ayudar a sanar, para atender y escuchar. Por todo esto, la puesta fue abordada desde el ritual, desde lo circular, alrededor de un fuego dador de vida. No de un fuego que quema mujeres o humedales.

-Es una aproximación poética y no menos política sobre el lugar social de la mujer y el descuido a la naturaleza.

-Sí, gran parte de la aproximación poética y política está profundizada desde esta relación: mujer y naturaleza. El descuido, el maltrato, la agonía que siguen sufriendo. El humedal agoniza, especies en extinción agonizan, tantas mujeres siguen agonizando. La salida colectiva es necesaria más que nunca, la transmisión oral de lo ocurrido a las nuevas generaciones es el único resguardo de la memoria. Por eso es tan necesario que se siga narrando el pasado: para proyectar, para posibilitar los encuentros, y elaborar estrategias para resistir ante lo injusto.

-¿Cómo fue el trabajo con las actrices?

-El teatro es también un lugar de encuentro y de resistencia. Desde los primeros ensayos ya se van generando la circulación de la palabra y la aparición de las primeras acciones; el texto pasa a ser un disparador y los cuerpos protagonizan la escena. Podemos tener muchas ideas previas, pero lo importante es lo que se construye a partir del encuentro con las actrices. La estructura interna estuvo lista hace ya un mes. En este último tiempo estuvimos limpiando y ajustando, buscando matices, profundizando en las distintas capas de cada personaje. Fue muy importante contar con Angela Fernández Alcántara como asistente de dirección, porque enriqueció aún más el trabajo de todas.

-Una canción es la que originó la obra, y cuentan también con música original.

-Contamos con música original; Fernando Foulques trabajó mucho sobre esto, a partir de la canción de Lucila Algrain, interpretada por ella misma y Piter Jozami. Además, Fernando tiene a su cargo la asistencia técnica y la realización del material audiovisual para la difusión. Y Sonia Aguado es quien diseñó y realizó los objetos escénicos.

Las brujas, señala la directora, “han alcanzado gran dimensión mítica, en parte también gracias a la literatura; y nos vimos tentadas a trabajar algunas intertextualidades, como por ejemplo las ‘hermanas fatales’ de Shakespeare. Va nuestro homenaje también a ellas”. Aquelarre en el humedal tendrá dos funciones más, el viernes 13 y el sábado 14 en El Cultural de Abajo.