Después de haber encabezado ocho años el bloque oficialista, entre 2005 y 2013, Agustín Rossi retomó su puesto como presidente del bloque opositor Frente para la Victoria-Partido Justicialista justo en medio de la discusión sobre la poda jubilatoria. “Estoy sobre el chancho enjabonado”, resumió.
–¿Cuál es el nuevo objetivo del bloque FpV-PJ para la sesión sobre jubilaciones?
–El mismo: vamos a hacer todo lo posible para que no haya quórum. La movilización será importante porque los cuatro mil millones de un bono contra el recorte de 100 mil millones no pueden engañar a nadie.
–¿Y si Cambiemos obtiene el quórum?
–Iremos a la sesión a discutir.
–¿Aunque sobrevuelen las denuncias judiciales?
–Hay que contextualizarlas. Son tan obvios estos tipos... Al día siguiente de que no obtuvieran el quórum reflotaron una denuncia contra mí. De cuando era ministro de Defensa. Pero resulta que la unidad de auditoría interna articulada con la Sigen tiene relación con el ministro. ¿Por qué nunca me denunciaron ni Julio Martínez ni Oscar Aguad? ¿Por qué no están denunciados Martínez y Aguad? Es fácil: porque no hay nada. Cuando era ministro y apareció una irregularidad en una compra de medicamentos yo mismo hice la denuncia penal.
–También está la denuncia de Elisa Carrió por las peleas en la Cámara de Diputados.
–Me da vergüenza ajena. Nunca vi que alguien denunciara penalmente a otro colega diputado. Nosotros solo tratamos de advertir que había una sesión irregular. La propia Carrió admitió que no tenían el quórum cuando dijo que formaba parte de una sesión en minoría. Así se dice en lenguaje parlamentario cuando no hay quórum. Lo que Cambiemos no consigue en la política quiere conseguirlo en la Justicia. Nicolás Massot está haciendo honor a su apellido. Y por algo Carrió fue funcionaria de la dictadura en Chaco. Que dejen la banca y se pongan la gorra. A mí una vez me tiraron un botellazo en plena sesión. No hice la denuncia. El presidente de entonces, Julián Domínguez, repitió votaciones para que no hubiera dudas. Jamás hice denuncias por insultos y gritos. Para nosotros la dictadura fue la dictadura. Para ellos fue otro gobierno. Tienen poco apego con la democracia. El jueves no denunciaron a la ministra Patricia Bullrich a pesar de que las fuerzas de seguridad golpearon diputados y les tiraron gas pimienta. Y el mismo presidente de la Cámara, además, tiró un puñetazo. Estas cosas no se hacen. Hay ciertas coordenadas y márgenes a respetar. Determinados comportamientos. ¿Por gritar y decirle al presidente que está equivocado van a meter una denuncia? No me lo hubiese imaginado nunca. ¿Qué creen, que así van a sembrar miedo? ¿Que me van a meter miedo a mí? Ya sabemos que hay una persecución judicial y política contra los dirigentes opositores. Tendremos la primera Navidad en democracia con presos políticos, porque condena no tienen y están presos. ¿Nos denuncian y después nos sirven medialunas en la Comisión de Labor Parlamentaria? Que se ahorren las medialunas.
–¿Hubo quórum en la sesión del jueves?
–No hubo quórum. Nadie puede verificarlo porque nadie sabe si existió o no. Juntaron 129 en un segundo pero lo perdieron. Cuando el presidente Emilio Monzó dio por iniciado el debate tenía 128 diputados. Después la cifra fue bajando. La situación era irregular a todas luces. El presidente pudo haber pedido que se sentaran para controlar la presencia según el sensor de la butaca. No lo hizo. Lo vi a Massot desesperado juntando diputados.
–Es una de las funciones de un presidente de bloque, ¿no?
–Cuando yo era presidente del bloque oficialista y venía una ley importante, siempre tenía el quórum asegurado por lo menos con media hora de anticipación. Para que nadie pudiera impugnar el debate. Ya que estamos, la Cámara no tiene un sistema de huellas digitales para verificar el quórum. Debería tenerlo.
–Cambiar asentaderas por pulgar.
–Sí. Sería útil. Pero igual con el tema de los jubilados todo venía mal de antes. Cuando el oficialismo nos dijo que convocaría a una reunión informativa pedimos que llamaran a representantes de la sociedad civil. No nos contestaron. El incidente ya tan conocido, cuando yo terminé apaciguando los ánimos, ocurrió cuando el presidente de la Comisión de Previsión, Eduardo Amadeo, no permitió que se escucharan otras voces. En el marco de la reunión informativa anunciaron que pasaban el dictamen a la firma y que adelantarían la sesión plenaria. Ya estaban perdiendo el debate en el seno de la sociedad. Mientras, diseñaron un operativo de seguridad que solo puede corresponder a la mente de Patricia Bullrich. ¿Será cierto que la Gendarmería se quedó sin cartuchos de goma? Si no es cierto, debe haber estado cerca de agotarlos. Y ahora hacen la parodia del caramelito.
–¿Qué caramelito?
–El bono compensador que opera solo en marzo. Por eso tenían esa cara de amargura los diputados que no eran del oficialismo y estaban sentados para dar quórum. Ninguno defiende el proyecto. Está claro que Macri extorsiona a los gobernadores para que ellos, con miedo de no poder pagar los sueldos por falta de recursos propios, operen sobre los diputados de las provincias como si fueran senadores. Y no es así. Los diputados representamos a los pueblos de las provincias. Espero que al momento de votar mis colegas de la Cámara recuerden esta manda constitucional.
–¿Habló estos días con gobernadores peronistas?
–Lo hice cuando asumí.
–Qué forma movida de volver a la presidencia del bloque... Ya no como oficialista.
–No, claro. En términos técnicos la tarea del bloque oficialista es buscar acuerdos para defender las iniciativas del Poder Ejecutivo. La función de un bloque opositor como el nuestro es darle representatividad institucional al 60 por ciento de los que votaron en contra del proyecto de Mauricio Macri. Ese 60 por ciento debe sentirse tranquilo de que haya un grupo dirigencial que será su voz en las votaciones del Congreso. Con responsabilidad institucional y severidad ideológica.
–¿Qué es responsabilidad y qué es severidad?
–Severidad es que no tenemos puntos de contacto con este modelo neoliberal que lleva adelante el Presidente, liberal en lo económico y en lo político un proyecto conservador con fuerte tendencia a la represión. Nuestra responsabilidad es buscar coincidencias con otros bloques que tienen mirada crítica. Apenas me designaron presidente hice una ronda con todos los bloques opositores, desde e Frente Renovador de Graciela Camaño al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, y les expresé mi voluntad de trabajo conjunto. Mantuve el diálogo abierto de entrada. Escuché sus posiciones y transmití nuestra vocación de construir un frente opositor. En el caso de la ley de reforma previsional volví a reunirme con todos. Con Graciela (Camaño), con Leo Grosso del Evita... Con todos. Hasta unificamos dictámenes con el Frente Renovador. Ser responsable no significa que uno sea seguidista del oficialismo. Hay que decirles a los argentinos que el Gobierno perjudicará a los jubilados, a los ex combatientes y a los trabajadores cuando logre que se jubilen con el 40 por ciento del sueldo y no con el 60.
–El Gobierno dice que si el proyecto de reforma previsional no es aprobado vendrá una crisis.
–Es una forma de generar terror. No es así. Yo sé qué pasaría.
–¿Qué pasaría?
–Nada. El Gobierno solo tendría que buscar los recursos fiscales en otro lado y no en los jubilados y los beneficiarios de la AUH. El tema es que son de derecha, y los gobiernos de derecha ajustan y ajustan. Si aprueban el nuevo régimen los jubilados cobrarán cada vez menos y aumentará el desempleo juvenil por los que se jubilen a los 70 y ya no a los 60 o 65 años.