Los candidatos catalanes se enfrentaron ayer en un debate que puede resultar decisivo a cuatro días de las elecciones del 21 de diciembre, y que confirmó tanto la honda fractura entre los independentistas y los “constitucionalistas”, como las dificultades que tendrán ambos bloques para formar gobierno si no consiguen mayoría absoluta.
El primer candidato en intervenir, Vidal Aragonés, fijó el suelo a partir del cual negociarán con el resto de los secesionistas si vuelven a sumar mayoría: iremos al parlamento y exigiremos “la implementación de la República”, sostuvo.
“Descartamos absolutamente un acuerdo con ERC (Esquerra Republicana de Catalunya)”, dijo a continuación Miquel Iceta, el candidato del Partido de los Socialistas de Cataluña, enterrando también de inmediato la posibilidad de un “tripartido” alternativo de izquierda que supere la lógica de bloques.
“Planteamos una opción que construya de futuro, que no sea de derecha, por lo tanto sin (Carles) Puigdemont ni (Inés) Arrimadas”, afirmó poco después Xavier Doménech, el candidato de Catalunya en Comú Podem, a quien las encuestas otorgan la llave del gobierno.
Ninguna encuesta le da a los “constitucionalistas” mayoría absoluta, de ahí que Arrimadas, respondió que aunque aspira a superar los pronósticos, en caso de necesitar ayuda de Catalunya en Comú, “les pedirá la abstención a cambio de poner el dinero que se utilizó para el proceso de secesión en políticas sociales”.
Moderado por la periodista Ana Pastor, el “17D. El Debat” (El Debate), organizado por la cadena La Sexta, reunió a un total de siete candidatos, lo que convirtió la discusión en un combate plural, al participar todos los partidos que compiten en los comicios.
Como elemento excepcional no estuvieron presentes los dos principales candidatos del independentismo, el ex vicepresidente y líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, quien se encuentra en prisión, y el ex presidente y cabeza de la lista Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), Carles Puigdemont, huido a Bruselas.
En su lugar participaron dos ex miembros del gobierno catalán, Carles Mundó, de ERC, y Josep Rull, de Juns per Catalunya, quienes tras pasar por prisión fueron los encargados de defender las tesis de los secesionistas, sin apenas rivalizar entre sí, a pesar de que compiten por la presidencia.
Rull salió del paso con un contraataque al Ejecutivo de Mariano Rajoy cuando la moderadora le preguntó por qué habría que creer sus propuestas después de lo ocurrido con la economía tras la declaración de independencia.
“El procés –proceso de secesión– no afecta a la economía catalana. Lo que genera desasosiego es el ‘contraprocès’”, aseguró.
“La idea básica es que podemos conseguir que el gobierno en el exilio vuelva y los presos salgan de la cárcel si los ciudadanos nos dan su sufragio”, añadió Rull.
¿Dejarán que continúe Puigdemont? le preguntó Ana Pastor luego a Mundó, a lo que éste respondió: “El candidato de ERC se llama Oriol Junqueras y si es la lista más votada estamos obligados a escuchar a los ciudadanos”.
“Y esto desde el más profundo dolor ante esta situación tan despreciable del 155”, añadió el candidato independentista, introduciendo en escena la crítica a la intervención de la región al amparo de la Constitución, que llevó a la destitución del gobierno de Puigdemont y la convocatoria de elecciones.
Además, el candidato de ERC despejó otra incógnita al afirmar que el programa de sus partido “no contempla la unilateralidad”. “Nosotros a los retos nos enfrentamos con diálogo y negociación”, sostuvo el candidato de ERC.
Xavier García Albiol, el candidato del Partido Popular (PP) de Rajoy, cuyo desafío es no quedar último en los comicios, destacó que “la opción de los partidos constitucionalistas tiene que pasar por un pacto porque ninguno podrá hacerlo solo”. “Tenemos muy claro con quién queremos ir, ni Podemos ni con independentistas”, subrayó Albiol, el único de los “constitucionalistas” que se atrevió a criticar abiertamente a sus rivales de bloque.