“El consumo de carne ha caído mucho. La situación está muy difícil porque viene cayendo hace meses y no se recupera”, afirmó Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires en declaraciones a Radio del Plata.
Para Williams, la baja en el consumo no se debe principalmente al aumento del precio, que luego del ajuste que siguió a la devaluación se “mantuvo”, sino que el problema es la caída del poder adquisitivo. “A la gente no le alcanza el dinero. Cómo puede consumir carne un jubilado con 5.200 pesos”, se pregunta el dirigente.
“Al principio de año estábamos en sesenta y pico de kilos de consumo de carne per cápita -por año- y ahora estamos en 54 kilos, es una de las mermas más grandes que han tenido los carniceros en la historia”, sostuvo Williams.
Según la Cámara de la Industria y Comercio de carnes y derivados precisa que el consumo promedio era de 60,7 kilos anuales por persona.
Actualmente, los carniceros “sobreviven” con los preparados, como las milanesas y cortes sin hueso que rinden más. “El carnicero trata de mantener los precios y está pagando de su bolsillo las pequeñas subas de la carne porque no quiere perder los clientes”, aclaró el titular de la Asociación y manifestó su preocupación de cara a las fiestas: “La gente no está haciendo grandes pedidos. Si me pedís un lechón hoy no te puedo pasar el precio porque no sé cuánto va a estar la semana que viene”.