Con una enorme concentración en la plaza San Martín, gremios, organizaciones sociales y políticas manifestaron ayer su rechazo al proyecto de ley de reforma previsional, impulsado por el gobierno de Mauricio Macri. Los cortes comenzaron temprano en los accesos de la ciudad y fueron más de diez. En la calle, el ambiente era de incertidumbre y lucha colectiva, ante lo que pudiera suceder en el Congreso, que al cierre de esta edición seguía en sesión. Tras la declaración del paro, al mediodía, varios comercios bajaron las persianas (ver aparte), los bancos cerraron sus puertas y la clase trabajadora se trasladó a la plaza. Miles de personas concentraron con expectativa sobre lo que sucedería en Buenos Aires, donde diputados de la oposición reclamaron varias veces que se levantara la sesión, porque temían que hubiera que lamentar víctimas fatales de lo que denunciaron como una "brutal represión" en los alrededores del Congreso, hasta donde llegaron varios gremios rosarinos. El paro continúa hasta las 12 de hoy, aunque la UTA no se plegó a la medida de fuerza.

Sebastián Granata
Desde las primeras horas de ayer, y hasta las 13, hubo diez cortes en los accesos a Rosario.

Durante la movilización, las diferentes banderas se desplazaron por peatonal Córdoba y también por calle Santa Fe, hasta llegar a la plaza. "Olé, olé, olé, olé, a la reforma previsional, le respondemos con la lucha popular", fue uno de los cánticos. Ya en la concentración, frente a la pantalla gigante que se montó sobre calle Santa Fe, antes de llegar a Moreno, las voces retumbaron: "Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode".

"I love FMI. I love saquear el país", rezaba el cartel que levantaba el ya conocido buitre con la cara del presidente Macri, que se hizo costumbre en cada movilización contra las políticas de ajuste del gobierno nacional. A su lado, un helicóptero de cartón reclamaba a modo de hashtag "#macrigohome". Más cerca del escenario, un joven levantaba un cartel que aludía a una canción de Calle 13: "Aquí se respira lucha".

Temprano, docentes universitarios, trabajadores municipales, recolectores y bancarios resolvieron parar, independientemente de lo que resolviera la CGT.

La protesta se vio y se hizo oír desde temprano en las calles y al mediodía se concentró en la plaza de Dorrego y Santa Fe. El cordón industrial se sumó desde las 5.30, en Fábrica Militar de Armas Fray Luis Beltrán, que permanece en conflicto laboral. Arriba del escenario, una mujer mayor tenía un cartel colgado al cuello. "A los jubilados no se los toca, a los trabajadores tampoco. Década del '90. Plan de ajuste para los ricos y hambre para los pobres", rezaba.

En ese contexto de unidad, se sumaron las voces en contra de la ley. Liliana Leyes, de ATE Rosario, aseguró: "Somos el pueblo en esta plaza". Los ex combatientes también estaban arriba del escenario, porque aseguran que la ley les afectará directamente. La titular de Coad Rosario, Laura Ferrer Varela, lamentó que "los jóvenes de hoy son los que van a tener que bancar a sus viejos si sale la reforma jubilatoria". Amsafé Rosario también se expresó contra el proyecto al decir que "pretende ser un robo a las conquistas históricas de la clase obrera. En este intento de atacar los logros, se encontraron con el pueblo en la calle". Trabajadoras y trabajadores de Ansés se plantaron: "Es una falsa reforma, un saqueo, para después poder tener la excusa para privatizar y que vuelvan las AFJP. Después de esto viene la reforma laboral que va a significar miles de despidos".

Cacerolazo en Rosario

Por el escenario también pasaron los gremios de Aceiteros, Luz y Fuerza, representantes de la Asamblea 19 y 20 de diciembre (que hoy movilizan a Tribunales provinciales, a 16 años de aquellas jornadas), el Movimiento Evita, estudiantes secundarios y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Majo Gerez, del movimiento Ni Una Menos Rosario recordó la lucha por las mujeres: "Somos las más expuestas en esta flexiblización laboral". El diputado provincial Carlos Del Frade recordó: "La represión es un decreto del 21 de enero de 2016 que firmó la vicepresidenta Gabriela Michetti, que habilitaba a las fuerzas de seguridad a invadir cada territorio que se les ocurría que podía estar en conflicto. Hijos de ese decreto fueron los sucesos que terminaron con la vida de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel".

Pasadas las 14, se proyectó en la pantalla la sesión del Congreso. Los gritos y aplausos retumbaron cuando el diputado nacional Agustín Rossi le habló a la legisladora Lilita Carrió, cuando se levantó de su banca: "Vos te podés ir, para qué te necesitamos acá. Te hubieras ido cuando trabajabas para la dictadura en Chaco".