Contingentes policiales y militares despejaban ayer barricadas colocadas por opositores en diferentes zonas del país en protestas contra la declaración del presidente Juan Orlando Hernández como ganador de las elecciones del 26 de noviembre. Hernández, de 49 años y postulado a la reelección por el derechista Partido Nacional (PN), fue declarado ganador la noche del domingo por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), tres semanas después de la votación, en un proceso en el que la oposición denunció fraude y observadores internacionales apuntaron irregularidades.
Las protestas estallaron a altas horas de la noche del domingo en diferentes zonas del país, y se mantuvieron en algunas de las ciudades hasta la madrugada de este lunes.
Entre tanto, el candidato opositor Salvador Nasralla, un popular presentador de televisión de 64 años, entregó ayer en la sede de la OEA en Washington pruebas del “robo” electoral. “Presentamos muchísimas piezas de evidencia porque el robo tiene varias facetas”, dijo Nasralla a periodistas tras reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Tenía previsto entregar las mismas evidencias al Departamento de Estado estadounidense.
El titular del TSE, David Matamoros, anunció anteayer que “el presidente reelecto para el cuatrienio 2018-2022 es el ciudadano Juan Orlando Hernández Alvarado”, al tiempo que destacó que estas elecciones fueron la más observadas en la historia del país centroamericano.
Pero ello no convenció a la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, de Nasralla, que anunció que desconoce el anuncio del ente electoral.
“Rechazamos absolutamente la declaración del Tribunal Supremo Electoral (...) Desconocemos cualquier acto (porque) el pueblo reconoce como presidente a Salvador Nasralla”, dijo Manuel Zelaya, quien fue derrocado de la presidencia en 2009 y lidera la alianza opositora, al tiempo que llamó a defender la “victoria” de Nasralla.
La postulación de Hernández a la reelección consecutiva amparado en un fallo de la justicia que anuló un artículo de la Constitución que prohíbe la reelección, ya había generado un fuerte rechazo opositor.
En San Pedro Sula (norte), la segunda ciudad del país, la policía reportó saqueos de negocios por manifestantes, como una tienda de artículos deportivos, la quema de una agencia bancaria y de un micro.
En la capital amanecieron barricadas humeantes de neumáticos, palos y piedras que eran quitadas por agentes de seguridad, en algunos casos con máquinas pesadas, pero bajo una ligera lluvia se mantenían algunos bloqueos por parte de pequeños grupos.
En la salida norte de Tegucigalpa, policías lanzaron bombas lacrimógenas a los manifestantes y en el bulevar Fuerzas Armadas, los agentes negociaron con ellos para que liberaran una de las dos vías para permitir el tránsito.
El portavoz policial, comisionado Jair Meza, informó que hubo piquetes en casi todo el país y ayer aún quedaban grupos con algunas protestas pero la policía tenía instrucciones de desalojarlos.
Admitió que cuando los oficiales desalojan una vía, los manifestantes bloquean alguna ruta cercana.
La crispación de la oposición ante las sospechas de fraude contrasta con la ausencia de festejos por parte del oficialismo, pues la hermana del mandatario reelecto, Hilda Hernández, murió el sábado en un accidente al estrellarse el helicóptero militar en el que viajaba cerca de Tegucigalpa.
La oposición hondureña ha tomado las calles en varias ocasiones en las tres semanas transcurridas desde las elecciones, y muchas de las manifestaciones fueron reprimidas duramente por la policía y las fuerzas armadas.
Un informe de Amnistía Internacional señaló la semana pasada que hubo 14 muertos en las protestas, aunque la oposición asegura que el número de víctimas fatales llegó a 20.
Almagro propuso en una declaración celebrar “un nuevo proceso electoral” como el “camino necesario para que los hondureños vivan en paz democrática”.
El secretario del consejo de ministros del gobierno hondureño, Ebal Díaz, criticó en Twitter esa declaración del titular de la OEA: “sr. @Almagro-OEA2015 usted ha violado los procedimientos de la OEA y MOE fomentando más la violencia”.
Consultada sobre la propuesta de Almagro, la jefa de la misión de observadores de la Unión Europea, la portuguesa Marisa Matias, respondió que esa organización “no puede ni debe intervenir en la independencia y autonomía del pueblo hondureño”.