A casi cien años de la reforma universitaria, necesitamos plantear una nueva agenda que mire hacia el futuro y que esté a la vanguardia de los problemas actuales de la sociedad, siendo transversal a los mismos.

Creemos necesario la conformación de una nueva mayoría universitaria que represente a todos y cada uno de los sectores. Ese consenso tiene como base un objetivo fundamental que es la construcción de una Universidad moderna. Cuando decimos moderna nos referimos a una Universidad plural, diversa, que respete las políticas de género y de paridad en los espacios de poder e inclusiva de todos los sectores sociales de nuestro país. Necesitamos una Universidad que tenga abierta sus puertas siendo capaz de generar reales políticas públicas para que ingrese y se gradúe desde el hijo de una empresaria hasta la hija de un obrero.

El actual contexto económico de nuestra Nación hace que el no arancelamiento de la Universidad no satisfaga el principio de gratuidad. Un claro ejemplo de esto es el incremento de la deserción estudiantil, cerrando el año actual con más de 20.000 estudiantes fuera de las aulas.

El presupuesto de una Universidad moderna debe estar dotado de recursos, de becas y de programas capaz de dar respuesta, y poner definitivamente a la Universidad al servicio de los verdaderos intereses de la sociedad. Los programas de estudios deben ser actualizados a las nuevas realidades.

Cuando asumimos en el Consejo Superior, sabíamos que no era un cargo honorífico ni un lugar para quedarnos sentados, sino que debíamos ponerlo al servicio de una Universidad que día a día mejore su calidad. Por eso mismo propusimos: el mejoramiento del Sistema de Comedores Estudiantiles, la creación de uno en la Facultad de Derecho, la implementación del Sistema de Jardines Infantiles en la Universidad, promovimos la sanción de programas de estudios en el cual el estudiante pueda trabajar y estudiar y al mismo tiempo que estos programas estén a la alturas de las nuevas circunstancias, a su vez nos pusimos al frente del reclamo de los pasantes y practicantes de la Universidad y especialmente del Poder Judicial de nuestra provincia, repudiando y rechazando la precarización laboral por la cual están pasando y pidiendo un bono de fin de año para ellos. Y acompañamos a los docentes, al exigir el mejoramiento de sus salarios, porque para nosotros mejores sueldos es mejorar la calidad educativa de nuestras Universidades.

Se prevee para el 2018, 4.600.000.000 millones de pesos de presupuesto para toda la UNR, de los cuales el 93 por ciento está destinado al pago de sueldos y solo 7 por ciento está abocado a programas, becas y reformas edilicias. No se tuvo en cuenta el Sistema de Jardines Infantiles para los estudiantes, docentes, no docentes y graduados recientes.

El proyecto del Presupuesto para el año 2018, está totalmente alejado de la Universidad que queremos y de la que soñamos tener y por la que todos los días trabajamos para que eso suceda.

* Consejero superior estudiantil del Movimiento Universitario Evita (MUE). Hoy el Consejo Superior de la UNR se reúne en Casilda para votar el presupuesto.