Justin Gatlin, actual campeón mundial de los 100 metros, despidió ayer a su entrenador, Dennis Mitchell, después de que éste revelara que los deportistas se pueden dopar sin ser detectados. El velocista estadounidense fue sancionado en 2001 al dar positivo por anfetaminas durante el Campeonato Junior de Estados Unidos. Tenía apenas 19 años y argumentó que se debió a unos medicamentos que tomaba para un supuesto trastorno infantil por déficit de atención. Gatlin cumplió sus dos años de pena, regresó luego a las pistas y en 2004 logró su primer gran triunfo, el oro olímpico en el hectómetro de los Juegos de Atenas. Después logró dos oros mundiales en 2005 y un año más tarde, en el pico dorado de su carrera y antes de que el jamaiquino Usain Bolt irrumpiera para arrasar con todo, volvió a dar positivo por testosterona. Como reincidente, Gatlin debería haber sido sancionado de por vida. Pero prometió colaborar en la lucha contra el doping y le redujeron la sanción a ocho años. Luego, el Tribunal de Arbitraje estadounidense se la dejó en los cuatro que cumplió, antes de su segundo regreso a las pistas. Tras ser bronce en los 100 metros de Londres 2012 y plata en Río 2016, este año consiguió derrotar a Bolt en la final de los Mundiales de Londres, Inglaterra.